Un operativo policial permitió desarticular una peligrosa carrera clandestina en la localidad tucumana de Arcadia, donde más de un centenar de motociclistas participaban de una picada ilegal sobre la Ruta Provincial 324. El hecho ocurrió el domingo cerca de las 17:30, y terminó con cuatro jóvenes heridos —uno de ellos con traumatismo craneal— luego de que dos motos colisionaran durante la fuga de los participantes.
El procedimiento se activó a partir de una denuncia de un vecino, quien alertó sobre el inusual movimiento de motos en la zona. Un móvil de la Comisaría de Arcadia acudió al lugar y sorprendió al grupo en plena competencia, en la intersección de la RP 324 con la Ruta Nacional 38. Al advertir la presencia policial, los motociclistas se dispersaron rápidamente en distintas direcciones.
En medio de la huida, a unos 50 metros del puente sobre el Río Seco, dos motocicletas chocaron violentamente. Se trataba de una Honda Wave 110cc, conducida por Juan José Jotallan, de 19 años, quien iba acompañado por Victoria Camila Ríos, también de 19, ambos domiciliados en Concepción; y una Gilera Smash, guiada por un menor de 16 años acompañado por su hermano de 13, residentes en Aguilares.
Los cuatro fueron asistidos por personal médico. Jotallan fue dado de alta tras sufrir una lesión leve en el labio. Ríos quedó internada en observación en el Hospital de Concepción, con diagnóstico de politraumatismos y traumatismo encefalocraneano (TEC) moderado. Los hermanos de Aguilares, en tanto, solo presentaron heridas superficiales y fueron entregados a sus padres.
La Unidad Fiscal de Homicidios de Concepción intervino en el caso y dispuso el secuestro de ambas motocicletas, las cuales estaban en regular estado de conservación y no contaban con llave de arranque, aunque no registraban impedimentos para circular, según se confirmó tras la verificación correspondiente.
El procedimiento fue encabezado por el oficial principal Fernando González Rodríguez, con la supervisión de los jefes de la comisaría local.
Este tipo de carreras ilegales, cada vez más frecuentes en zonas rurales y periurbanas, no solo representan una amenaza directa para los participantes sino también para terceros, al poner en riesgo la seguridad vial. La intervención de la policía logró evitar consecuencias aún más graves en un hecho que podría haber terminado en tragedia.
Fuente: Contexto
