La Justicia de Tucumán condenó este miércoles a prisión perpetua a los asesinos de Rocío Rojas, una nena de 4 años que fue violada, arrojada viva a un pozo y prendida fuego, en un caso que conmovió a la provincia.
María Carolina Graneros (40), la madrina de la víctima, y Edgardo Caro (38), pareja de la mujer, recibieron la pena máxima, que había sido previamente solicitada por el Ministerio Público Fiscal.
Durante su corta vida, Rocío sufrió un calvario de principio a fin. Ya en la previa del debate, el propio Caro había confesado que violó a la nena hasta que se descompensó, la tiraron viva después en el pozo de una letrina y la prendieron fuego.