Salta – Norte provincial. Un operativo realizado en la madrugada en la finca Karina, ubicada en la zona fronteriza de Aguas Blancas, reavivó la polémica sobre el control del contrabando y el narcotráfico en el norte salteño. El interventor municipal, Adrián Zigarán, denunció públicamente que el lugar actúa como una verdadera “aduana paralela”, y apuntó contra la falta de presencia efectiva del Estado nacional.
Según Zigarán, el despliegue ocurrió alrededor de las 6:30 de la mañana, cuando se escucharon disparos, pese a que desde las fuerzas federales luego negaron los hechos. “Mi gente los escuchó claramente. Había unas 200 trafic sobre la ruta y alrededor de 40 gendarmes impidiendo el paso”, relató el funcionario en declaraciones a FM Aries.
La intervención no implicó un cierre permanente del paso irregular, sino un control sorpresivo, que según anticipó Zigarán, se repetirá durante la semana. La medida busca frenar el ingreso informal de mercancía por esta finca privada que, según estimaciones, mueve entre 15 y 20 millones de pesos diarios en operaciones.
La finca Karina, según el interventor, pertenece a una ciudadana boliviana identificada como Karina Salazar, pero su control operativo estaría en manos de ciudadanos argentinos. “Es como una película clase C norteamericana, pero con impunidad total, porque ni la policía provincial puede ingresar”, denunció.
Zigarán describió un circuito aceitado y a plena luz del día: gomones cruzan desde Bolivia con mercadería, descargan en la finca, y luego se carga en camionetas argentinas que esperan en la zona, todo ello a la vista de las autoridades de ambos países, sin intervención alguna. “Esto debería intervenirlo Gendarmería, pero el circuito sigue abierto desde 2020”, aseveró.
El interventor también señaló que la Nación debe asumir la responsabilidad del control del tránsito fronterizo, no solo con presencia de fuerzas, sino también con el accionar de jueces y fiscales federales. “Lo que pasa es un papelón de la Nación”, sentenció Zigarán.
El operativo se enmarca dentro de las nuevas estrategias anunciadas por el Gobierno nacional en su autodenominada “guerra contra el narco”, que incluyó recientemente la instalación de una alambrada perimetral para controlar los pasos fronterizos. Sin embargo, para el funcionario local, las medidas son insuficientes y llegan tarde, mientras el contrabando y el narcotráfico continúan operando con total impunidad en una de las zonas más calientes de la frontera norte.
