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El País Hospital Garrahan

El desesperado pedido de un niño: "Por favor, páguenles a mis amigos terapeutas"

Tiziano, un nene de 10 años con autismo, emocionó a todos durante una marcha frente al Congreso con un pedido desesperado: que el Estado pague a los terapeutas para no perder a sus amigos de terapia.

En medio del reclamo que los trabajadores de la salud vienen sosteniendo frente al Hospital Garrahan, la voz de un nene con autismo conmovió a todos. Se llama Tiziano, tiene 10 años, y este jueves participó junto a su familia de la marcha en defensa de los profesionales terapéuticos que siguen sin cobrar por parte del Estado. Su testimonio, transmitido en vivo por C5N, dejó al descubierto el drama que atraviesan cientos de niños y niñas con discapacidad que podrían quedar sin acceso a sus tratamientos.

"Vine a participar de la marcha porque yo tengo autismo. Y necesito que les paguen a mis terapeutas, porque si no les pagan, la terapia va a cerrar y mis amigos de terapia no van a venir más y no los podré ver nunca más. Por favor, páguenles a nuestros terapeutas, sino nunca los voy a ver en mi vida", dijo Tiziano ante el micrófono, visiblemente emocionado. Sus palabras reflejan una preocupación genuina que trasciende lo personal y expone el impacto humano detrás del conflicto.

El reclamo de fondo tiene que ver con las demoras en los pagos a prestadores de servicios para personas con discapacidad, en su mayoría psicopedagogos, terapistas ocupacionales, fonoaudiólogos, kinesiólogos y acompañantes terapéuticos. Estos profesionales dependen de fondos derivados a través de la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS), obras sociales y programas estatales, que en muchos casos vienen con meses de atraso.

Desde hace semanas, familiares, terapeutas y organizaciones vinculadas al tratamiento de personas con discapacidad realizan marchas y actos frente al Hospital Garrahan, emblema de la salud pública infantil en el país. Los trabajadores denuncian que las demoras en los pagos ponen en riesgo la continuidad de los tratamientos, y en consecuencia, afectan directamente a miles de chicos y chicas que dependen de estas terapias para su desarrollo integral.

 

La situación también genera incertidumbre en las familias, que en muchos casos no pueden costear de forma particular las sesiones o los abordajes interdisciplinarios que requieren sus hijos. “Estamos luchando por derechos básicos. No pedimos privilegios, pedimos que se respete el acceso a la salud y a la inclusión”, explicaron algunos de los padres presentes en la movilización.

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