El 30 de diciembre de 2004 quedó marcado en la memoria colectiva de Argentina como el día de la tragedia de Cromañón. La masacre, ocurrida durante un recital de Callejeros en el barrio porteño de Once, se cobró la vida de 194 jóvenes y dejó profundas heridas en los sobrevivientes y sus familias. Sin embargo, entre el dolor y la pérdida, también surgieron historias de esperanza, como la de Federico y Mailín, quienes, tras sobrevivir a aquel fatídico evento, encontraron el amor en reuniones de contención y hoy forman una familia junto a sus dos hijos.
Un encuentro marcado por el destino
Federico y Mailín llegaron al recital de Callejeros aquella noche de manera separada. Él asistió con sus hermanos y amigos; ella, con su hermano, quien lamentablemente perdió la vida en la tragedia. Años después, ambos coincidieron en reuniones de sobrevivientes organizadas para procesar el trauma y apoyar a quienes compartían este difícil camino.
"El 30 de diciembre estaba en Cromañón. Fui con mis hermanos y unos amigos. A Mailín la conocí después, en reuniones de sobrevivientes. Ella también estuvo esa noche y perdió a su hermano", explicó Federico en una entrevista con el periodista Néstor Dib para C5N.
Sobre el comienzo de su relación, Federico detalló: "Uno, cuando pasó Cromañón, empezó a buscar qué hacer para sobrellevarlo. Nos juntábamos con grupos de sobrevivientes, y ahí la conocí. Así empezó nuestra relación".
"De lo feo podemos encontrar algo lindo"
Mailín recuerda aquellos encuentros como momentos difíciles pero necesarios: "Era un poco tratar de entender, entre otros que sentían lo mismo que nosotros, lo que nos había pasado. En esos momentos no puedo describir cómo me sentía. Era una mezcla de angustia, bronca, tristeza, miedo, culpa. Todo un conjunto de cosas que tratábamos de entender ahí".
Pese al dolor, Federico reflexiona sobre el impacto positivo que tuvo conocer a Mailín: "De la cosa fea podemos encontrar algo lindo. A veces digo que hay que ver el vaso medio lleno. Encontrar algo lindo en Cromañón suena feo, pero es así".
Hoy, Federico y Mailín han encontrado en su amor y en la música un motor para seguir adelante. "Cromañón nos sacó un montón de cosas, pero lo que no voy a dejar es que me saque la música", afirma Federico, subrayando la importancia de este arte en su proceso de sanación.
