La Argentina atraviesa un nuevo escenario económico tras la implementación del plan de estabilización del gobierno de Javier Milei, que logró contener parcialmente la inflación, pero a la vez profundizó las diferencias entre sectores sociales. Así lo revela un informe reciente de la consultora Moiguer, especializada en análisis de consumo y comportamiento social, titulado “La Argentina ‘pesificada’ versus la Argentina ‘dolarizada’”.
El estudio, correspondiente al segundo trimestre de 2025, ofrece una radiografía precisa sobre el ingreso necesario para pertenecer a cada clase social, marcando una clara polarización entre quienes acceden al consumo dolarizado —viajes, electrodomésticos, bienes importados— y quienes apenas logran cubrir sus necesidades básicas.
Radiografía social y económica
Según el informe, el 50% de la población argentina pertenece a la clase baja, mientras que un 44% se ubica dentro de lo que se considera clase media, incluyendo sus distintas subdivisiones. La clase alta, en tanto, representa sólo el 6% del total.
Ingresos por clase social:
Clase alta (ABC1): representa el 6% de la población. Necesita $9.105.000 mensuales por hogar para pertenecer a este segmento.
Clase media alta (C2): abarca al 18% de la población. El ingreso promedio requerido es de $3.122.836 mensuales.
Clase media baja (C3): representa el 26% de la población. Un hogar debe percibir $1.564.000 mensuales.
Clase baja (D2/E): engloba al 19% de la población. El ingreso mensual promedio es de apenas $585.800 por hogar.
💬 Un país partido por el consumo
El director de la consultora, Fernando Moiguer, explicó que el informe muestra dos realidades paralelas: “Una Argentina ‘dolarizada’, donde los sectores altos siguen expandiendo su capacidad de consumo y acumulación en moneda extranjera, y una ‘pesificada’, donde la mayoría de la población se ve afectada por el aumento de tarifas, la caída del poder adquisitivo y el encarecimiento de la vida cotidiana”.
A pesar de que los indicadores macroeconómicos reflejan una desaceleración inflacionaria, los precios siguen en niveles altos y el consumo masivo continúa estancado, afectando especialmente a los sectores medios y bajos.