El sector textil de Catamarca atraviesa una grave crisis, marcada por altos costos de producción, competencia desleal y precariedad laboral, que pone en riesgo la continuidad de fábricas y el empleo de miles de trabajadores. Así lo describió Jorge González, Secretario Gremial del sector, en una reciente entrevista en Radio El Esquiú.
González explicó que el costo mínimo de una camisa o remera fabricada en Argentina supera los 3.000 pesos, debido principalmente a los elevados gastos en energía, algodón y, sobre todo, a la carga impositiva. Sin embargo, esta realidad no se condice con el mercado, donde productos importados desde China se venden a precios mucho más bajos, generando una competencia imposible de afrontar para las empresas nacionales.
La situación impacta directamente en los trabajadores, cuyos salarios mensuales oscilan entre 700 y 750 mil pesos, una cifra insuficiente para cubrir las necesidades básicas de una familia tipo. Además, González alertó sobre los riesgos laborales frecuentes en el sector, como accidentes con maquinaria, que muchas veces ocurren sin el respaldo adecuado para los empleados. “Muchos compañeros se fueron a trabajar a la minería porque acá no alcanzan para vivir”, reveló con preocupación.
El dirigente gremial fue duro con las políticas nacionales bajo el gobierno del presidente Javier Milei, en particular con las restricciones para negociar aumentos salariales por encima de la inflación oficial, que calificó de “gran mentira” debido al acelerado aumento de precios en alimentos y combustibles. “El Ministerio de Trabajo tiene prohibido firmar paritarias que superen ese índice y eso nos deja sin poder defender a los trabajadores”, denunció.
Aunque no se han formalizado despidos ni cierres, González advirtió que la situación es delicada y puede cambiar rápidamente debido a la acumulación de impuestos y la caída en las ventas. En un reclamo enfático, cuestionó los altos salarios de diputados y senadores, y pidió que “todos los sueldos se pongan a la altura de lo que gana un trabajador común”.
La crisis del sector textil en Catamarca es un reflejo de una problemática más amplia que afecta a la industria nacional, golpeada por la apertura indiscriminada de importaciones, la inflación sostenida y la ausencia de políticas públicas que protejan la producción local. El llamado de González es una advertencia urgente sobre la necesidad de medidas concretas para garantizar empleo digno y preservar un sector fundamental para la economía provincial y del país.
