Después de 7 años, llegó a su instancia final el juicio que enfrentan cuatro guardaparques de Neuquén acusados de homicidio culposo por “no haber advertido el riesgo que un árbol podía representar”.
Este jueves, el Tribunal Oral Federal de Neuquén, integrado por los jueces María Paula Marisi, Pablo Lacava y Alejandro Cabral, realizó su última audiencia por el hecho ocurrido el 1 de enero de 2016, en el que un día con fuertes ráfagas de viento, un roble se desplomó y aplastó a dos niños de 3 y 7 años, además de lesionar de gravedad a su padre.
Este jueves el fiscal federal Miguel Palazzani solicitó tres años de prisión y cinco de inhabilitación para ejercer su cargo a los trabajadores procesados, cuya función es la de administrar los parques nacionales. El martes se conocería la sentencia.
Desde el Sindicato de Guardaparques Nacionales manifestaron que "no podemos compartir de ninguna manera, ni siquiera parcialmente, el pedido de tres años de prisión, ni de cinco años de inhabilitación a personas que no han hecho más que cumplir con sus deberes reglamentarios”.
Además añadieron: “No se puede pretender hacer un medio que sea 100% previsible, estaríamos hablando de un parque de diversiones y no de un área natural". "Nada de lo que estamos diciendo debe interpretarse como una indiferencia al dolor de las familias de las víctimas, pero es absolutamente absurdo intentar encontrar culpables sobre un accidente natural imprevisible".
Por ese hecho están siendo juzgados los guardaparques Diego Luis Lucca, María Mercedes Hileman, Matías Iván Encina y Juan Ignacio Jones, junto con Milena Úrsula Cheuquepan y Juan Eduardo Delgado Abarzúa quienes serían los prestadores turísticos a cargo de la concesión del camping cuando ocurrió la tragedia. A todos ellos se los acusa de haber actuado de manera negligente al no advertir los riesgos que el árbol podía llegar a representar, que según informaron, estaba con sus raíces al descubierto.
