Desde el 15 de noviembre pasado, la desaparición del submarino ARA San Juan, desaparecido en aguas del Atlántico, es el centro de la agenda tanto del ámbito político como social y esto se debe -entre otras cosas- al permanente reclamo de sus familiares, instalados en la Base Naval de Mar del Plata, de que no se abandone la investigación. Por ello, las últimas novedades respecto al caso impactó de manera determinante.
Pues de acuerdo a la presentación realizada por el jefe de Gabinete, Marcos Peña, se reveló que el navío que partió desde Ushuaia con destino a Mar del Plata pasó cerca de las Islas Malvinas, en el extremo sur cercano a Tierra del Fuego, ya que -según los dichos del funcionario- tendría como tarea secundaria monitorear a buques y aeronaves de las mismas. En la oportunidad, Peña entregó a los legisladores un informe confidencial de la Armada Argentina con coordenadas que indicarían que el ARA San Juan pudo haber estado a pocos kilómetros de las Islas.
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En el escrito se detalla que el objetivo primario del ARA San Juan "era la localización, identificación, registro fotográfico/fílmico de buques frigoríficos, logísticos, petroleros, buques de investigación de otras banderas, etc., que se encontraran realizando alijo con un buque pesquero", a lo que se agrega: "Como objetivos materiales secundarios de esta actividad se establecieron buques y aeronaves que operan desde las Islas Malvinas. Ello con el propósito de verificar el cumplimento de los convenios suscriptos por ambos países, en cuanto a la obligación de informar los movimientos de unidades en zonas particulares".
