Robert Francis Prevost, exobispo en Perú y actual prefecto del Dicasterio para los Obispos, fue elegido nuevo Papa y adoptó el nombre de León XIV. Su perfil combina la experiencia pastoral en América Latina con un firme compromiso con la reforma de la Iglesia.
Tras días de expectativa mundial, el humo blanco finalmente se elevó desde la chimenea de la Capilla Sixtina y la Plaza San Pedro estalló en júbilo: hay nuevo Papa. El cónclave de 133 cardenales eligió al estadounidense Robert Francis Prevost, quien asumió el pontificado bajo el nombre de León XIV, convirtiéndose en el primer papa nacido en Estados Unidos y marcando un nuevo capítulo en la historia de la Iglesia Católica.
La elección de Prevost representa no solo una sorpresa geográfica, sino también un giro significativo hacia un liderazgo con fuerte impronta latinoamericana. Aunque nació en Chicago en 1955, su corazón pastoral se forjó en Perú, donde vivió durante casi dos décadas como misionero agustino y posteriormente como obispo de la diócesis de Chiclayo. Allí consolidó su cercanía con los pueblos más humildes, su defensa de los derechos humanos y su sensibilidad hacia las problemáticas sociales de la región.
