La ciudad fronteriza de Reynosa, en el estado mexicano de Tamaulipas, se encuentra sumida en una profunda conmoción tras el hallazgo de los cuerpos sin vida de los cinco integrantes del grupo musical “Grupo Fugitivo”, que habían sido reportados como desaparecidos el pasado domingo 25 de mayo.
Las víctimas fueron identificadas como Francisco Xavier Vázquez Osorio (20 años), Víctor Manuel Garza Cervantes (21), José Francisco Morales Martínez (23), Livan Edyberto Solís de la Rosa (27) y Nemesio Antonio Durán Rodríguez (40). Los jóvenes músicos fueron encontrados sin vida en un terreno descampado en las afueras de Reynosa, en condiciones que apuntan a un crimen brutal: los cuerpos presentaban signos de violencia extrema y algunos estaban calcinados.
El último rastro: una fiesta privada
La última vez que se supo de ellos fue la noche del domingo, cuando compartieron imágenes en redes sociales desde el puente internacional Reynosa-Hidalgo, del lado mexicano. Según sus familiares, los artistas habían sido contratados para presentarse en una fiesta privada, pero nunca regresaron.
Ante la ausencia de noticias y sin respuesta de sus teléfonos, sus familias denunciaron la desaparición y el miércoles bloquearon el puente internacional hacia Pharr, Texas, y realizaron una protesta frente a la alcaldía local. La hermana de uno de los músicos, que pidió el anonimato por seguridad, declaró a la prensa que recibió llamadas extorsivas y denunció el robo de dos vehículos de la agrupación.
Investigación en curso: el Cártel del Golfo en la mira
En una conferencia de prensa, el fiscal general de Tamaulipas, Irving Barrios Mojica, confirmó que los cinco integrantes fueron asesinados en el mismo terreno donde fueron encontrados y que la principal línea de investigación apunta al Cártel del Golfo, una organización criminal con fuerte presencia en la zona.
“Los indicios apuntan a que fueron secuestrados la noche del domingo, cuando se dirigían al evento en una camioneta negra, y posteriormente trasladados al predio donde finalmente fueron asesinados”, indicó Barrios Mojica.
Además, se informó la detención de nueve presuntos miembros del Cártel del Golfo, quienes estarían relacionados con el crimen.
Narcocorridos y violencia: un fenómeno repetido
Este caso ha revivido el temor en torno al fenómeno de los narcocorridos, un subgénero de la música regional mexicana que ha sido instrumentalizado por grupos delictivos para promover su figura mediante canciones compuestas bajo amenaza o promesa de dinero. Entre 2006 y 2013, al menos 50 músicos vinculados a este género fueron amenazados o asesinados en México.
En Reynosa —una ciudad de unos 700.000 habitantes, limítrofe con el condado estadounidense de Hidalgo— la violencia ligada a estos grupos criminales no es nueva. La coerción sobre músicos, a quienes se les exige componer e interpretar canciones que glorifican a líderes criminales, ha generado enfrentamientos con cárteles rivales y convertido a muchos artistas en blancos fatales de represalias.
Una tragedia que resuena
El asesinato de los integrantes del Grupo Fugitivo ha generado una ola de indignación, tanto en la comunidad local como a nivel nacional. El hecho ha puesto nuevamente en evidencia la vulnerabilidad de los artistas en zonas dominadas por el narcotráfico y ha reavivado el debate sobre la influencia del crimen organizado en la cultura popular.
En respuesta a este tipo de problemáticas, el gobierno federal, ahora bajo la presidencia de Claudia Sheinbaum, lanzó en abril un concurso binacional de música “por la paz y contra las adicciones”, con el objetivo de contrarrestar el atractivo de los narcocorridos entre jóvenes de México y Estados Unidos.
Mientras tanto, los familiares de las víctimas exigen justicia. “Solo querían hacer música y ganarse la vida”, expresó un tío de uno de los jóvenes en declaraciones a medios locales. Hoy, sus nombres se suman a una larga lista de artistas silenciados por una violencia que no da tregua.
