Durante la cumbre de la OTAN en Vilna, Lituania, se renovó el compromiso con Ucrania pero no se definió una hoja de ruta para su adhesión a la organización. Sin embargo, se estableció el Consejo OTAN-Ucrania, un nuevo foro en el que se realizarán consultas y se tomarán decisiones en igualdad de condiciones entre Ucrania y los aliados de la OTAN.
En paralelo, los líderes del G7 firmaron una declaración con Volodimir Zelenski, presidente de Ucrania, comprometiéndose a garantizar la seguridad del país a largo plazo y evitar futuros ataques. La declaración busca brindar seguridad a Ucrania mientras completa su proceso de adhesión a la OTAN.
Aunque Ucrania no fue invitada a unirse a la OTAN en esta cumbre, se acordó simplificar el proceso de adhesión y se aprobó un nuevo programa plurianual para garantizar la interoperabilidad entre las fuerzas ucranianas y las de la alianza.
Volodimir Zelenski elogió los nuevos compromisos de enviar armas y municiones para combatir la invasión rusa y destacó el apoyo prolongado del G7 a Ucrania en la construcción de una defensa fuerte y capaz.
En resumen, aunque no se definió una hoja de ruta clara para la adhesión de Ucrania a la OTAN, se fortalecieron las relaciones políticas y militares entre Ucrania y la alianza atlántica, y se brindó respaldo y apoyo a largo plazo por parte del G7 para garantizar la seguridad del país.