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Deportes

Omar De Felippe, el excombatiente que le puede dar el primer título al Ferro

El entrenador de 62 años vivió en carne propia uno de los momentos más trágicos de la historia argentina. En el fútbol encontró la salvación, ascendió a Olimpo, Quilmes e Independiente y ahora sueña con hacer historia con el Ferroviario.

Central Córdoba está ante uno de los partidos más importantes de su historia. De la mano de Omar De Felippe, el conjunto santiagueño se sobrepuso a un flojísimo inicio de año, a un cambio radical en el plantel y, ante Vélez en el 15 de Abril desde las 21.10, puede obtener la Copa Argentina, el primer título de su historia y sellar la clasificación a la próxima Copa Libertadores. Repasá la historia del entrenador que participó de la Guerra de Malvinas, consiguió tres ascensos en su carrera y tuvo un breve paso por el Fortín, equipo al que podrá amargar esta noche.

El posible título con el Ferroviario, el ascenso con Independiente en el momento más oscuro de su historia, la mejor participación en Primera de Olimpo de Bahía Blanca, el tricampeonato con Emelec de Ecuador, todo eso queda opacado por el verdadero orgullo de la vida del hoy entrenador de 62 años: haber combatido en Malvinas.

Nació en Mataderos el 3 de abril de 1962. Comenzó su carrera futbolística en Huracán, donde fue escalando en las divisiones inferiores hasta llegar a Reserva. Como muchos de los jóvenes del país, en 1981 realizó el Servicio Militar Obligatorio. Al año siguiente, horas antes de cumplir los 20, se produjo la toma de Puerto Argentino, el desencadenante de uno de los sucesos más trágicos de nuestra historia.

Menos de una semana después, De Felippe partió rumbo a los archipiélagos. Estuvo en el campo de batalla hasta el día de la rendición argentina. Pese a que no sufrió heridas de gravedad, vio de cerca a la muerte en varias oportunidades y presenció en primera persona como perdían la vida varios de sus compañeros. Un evento traumático del que le costó más de siete años poder hablar.

"El fútbol me salvó la vida. Era mi motivación para seguir cada día después de haber vuelto", comenta cada vez que puede. Pese a que no tuvo una destacada trayectoria como jugador, su vocación estaba detrás de la línea de cal. Comenzó como ayudante de Ricardo Zielinski en San Telmo y luego formó parte del cuerpo técnico de Julio César Falcioni durante su paso por Vélez, Olimpo, Banfield, Colón y Gimnasia.

En 2009 el conjunto bahiense lo llamó para ofrecerle la dirección técnica. Levantó a un equipo que estaba al borde del descenso y consiguió ascenderlo a la Primera División en el año 2010 y, en su primer año en la máxima categoría del fútbol argentino, condenó a River a jugar la promoción. Precisamente, en aquel Clausura 2011, alcanzó el cuarto lugar, la mejor campaña del Aurinegro en toda su historia.

Luego tuvo un paso por Quilmes, donde agarró al equipo en la cuarta plaza de la B Nacional, lo ascendió y mantuvo la categoría con holgura, aunque se fue por diferencias con la dirigencia. Al año siguiente llegó el desafío más grande de su carrera: devolver a Independiente a Primera. El Rojo había descendido por primera vez desde su fundación y, tras un pésimo arranque que lo tenía en los últimos puestos de la tabla, decidieron contratar a un técnico con experiencia en la categoría. El plan les salió a la perfección, ya que regresaron a donde merecen luego de vencer a Huracán en una polémica final.

Exceptuando su paso por Emelec de Ecuador, donde lo consagró tricampeón nacional, sus experiencias posteriores no fueron tan fructíferas. Tuvo un flojo paso por Vélez y ciclos irregulares en Newell's, Platense y Atlético Tucumán.

A mediados del 2023 arribó a Central Córdoba para disputar la Copa de la Liga. Se quedó a un punto de lograr la clasificación a los cuartos de final y, aunque su campaña fue positiva, decidió dar un paso al costado a principios de este año. Sin embargo, tras dos flojísimos pasos de Abel Balbo y Lucas González Vélez, De Felippe regresó al Ferroviario.

Su tarea era muy complicada: obtener resultados para salir del fondo de la tabla anual con un plantel renovado y desconocido entre sí. Durante el parón por la Copa América, se fueron del conjunto santiagueño más de 20 futbolistas y llegaron otros 20; únicamente se mantuvieron tres con respecto al primer semestre.

Pese a todas estas dificultades, el técnico bonaerense logró acomodar al plantel, darle la confianza necesaria y los resultados comenzaron a llegar. Encadenó la mejor racha de Central Córdoba en Primera División: 13 partidos invicto, siete victorias consecutivas, 19 goles a favor y tan solo ocho en contra. En el medio, accedieron a la final de la Copa Argentina.

Más allá de que De Felippe estuvo la victoria por penales ante Newell's, y en las remontadas frente a Temperley y Huracán (contra Quilmes dirigió Balbo y contra Estudiantes González Vélez), es uno de los grandes responsables de que el equipo esté a punto de disputar la segunda final de su historia, tras la derrota sufrida ante River en 2019.

"Es solo fútbol" suele repetir el entrenador. Claro, cuando uno convive con la muerte durante días, el fútbol deja de importar. Sin embargo, fue lo que lo salvó cuando regresó de su experiencia traumática. Ahora es el fútbol el que le puede dar una alegría inmensa tanto a él como a los miles de hinchas del Ferroviario que sueñan con gritar campeón por primera vez en su historia.

Con información de TyC Sports.

Central Córdoba
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