En la previa de la final del Torneo Apertura entre Huracán y Platense, la emoción no solo se vive en las tribunas, sino también en los reencuentros familiares que el fútbol hace posibles. Así es el caso de Gastón y Alejo Frontalini, dos hinchas de Platense que viajaron desde Buenos Aires hasta Santiago del Estero, donde fueron recibidos por un tío para disfrutar juntos la antesala de un partido histórico.
“Fue un viaje largo, pero hermoso. Encontrarse con el tío es más lindo todavía”, contó Gastón, emocionado por el doble motivo que lo trajo a tierras santiagueñas: alentar a su equipo y reencontrarse con su familia.
La ilusión por ver campeón al “Calamar” se siente fuerte. “Es una locura, algo histórico. Mañana, si ganamos, hacemos historia. Ya estar acá es una alegría enorme”, expresó, recordando las finales anteriores en las que el equipo no pudo quedarse con el título.
Sobre la provincia, tuvo palabras de agradecimiento: “Siempre me trata bien, la gente es muy linda. No conozco Frías, pero espero poder conocerlo pronto”, dijo.
Con la esperanza puesta en una victoria, Gastón destacó la identidad del equipo: “Platense no tiene ni de más ni de menos, pero tiene corazón y huevo. Le ganamos a los grandes y ahora nos falta ponerle el moño. Esperamos que mañana sea el día para dar la vuelta”.
Una vez más, el fútbol demuestra que es mucho más que un juego: es un puente entre ciudades, generaciones y afectos.