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Deportes #EntrevistaEspecial

Antonio Toledo, un golfista con historia y una vida con hándicap

En la actualidad es profesor de nivel internacional. Un friense triunfador.

Se fue de su pago natal a los 13 años de edad, en busca de nuevos horizontes y de un futuro mejor. Atrás quedó su pago natal, su Frías querido. Don Antonio Toledo (como lo conocen en el mundo del golf), solo se llevó las imágenes de su barrio Sumampa, de su escuela Félix Frías (donde terminó la primaria), las calles de tierra, con olor a pueblo, el cariño de sus abuelos (doña Encarnación y don Roberto Toledo) y sus hermanos Jesús, Nimia, Claudia, Jorgelina y Jorge, y su padre Francisco.

 

Antonio regresó el pasado fin de semana, después de 47 años, a la “Ciudad de la Amistad”.

 

Un friense que escribió en silencio su propia historia de vida.

 

En diálogo exclusivo con Nuevo Diario, habló de todo.

 

– ¿Cómo fue tu partida?

 

– Un poco triste, ya que no fue fácil dejar Frías, la familia, pero no quedaba otra.

 

– ¿Cómo llegaste a ser jugador profesional y ahora profesor de golf?

 

– Por esas cosas de la vida. Mí tío Jorge, quien me hospedó en Don Torcuato (Buenos Aires), fue bandoneonista y su alumno fue nada y nada menos que el “Chino” Fernández (jugador profesional de golf), a quien le habló de mí. Entonces él me consiguió trabajo de caddie en el Hindú Golf Club y ahí empezó todo. Gané un torneo nacional, el club me dio una beca y no paré hasta llegar al profesionalismo. Luego me dediqué a la docencia. En 2002, fundé mi propia academia de golf. Estoy feliz por todo, el golf me cambió la vida.

 

En el profesionalismo supo ser campeón en nacionales de Bahía Blanca y Neuquén.

 

– ¿Por qué la docencia?

 

– Me gusta trabajar con los chicos, formarlos como jugadores y transmitirles experiencia. Para mí es como devolver lo bueno que me dio el golf. Me formé para eso.

 

– ¿Por qué “Don Toledo”?

 

– Cuando llegué al Hindú Club a todo el mundo, por respeto, yo les decía “don”. Y bueno, desde ahí la gente siempre me decía “Don Toledo” y me quedó ese mote o sobrenombre como decimos nosotros.

 

– ¿Quiere decir que Buenos Aires lo trató bien?

 

– Yo siempre digo que el golf me trató muy bien. Todos los jugadores y directivos del Hindú Golf Club me guiaron en la vida, me enseñaron que hay otra vida, me educaron (se emociona) y me apoyaron para ser lo que soy en la actualidad, sino hubiese sido imposible.

 

– ¿El golf es de elite?

 

– No es tan así. Es cierto que tiene sus costos, pero también es cierto que todos los clubes del país hacen que no sea caro, ya que apoyan a todos los pibes que llegan al club. Yo lo viví y ahora lo disfruto. Es un deporte maravilloso.

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