Fue un goleador de raza. Sus primeras armas las hizo en Unión Santiago y en Mitre para luego ganar varios títulos en la institución de Roca y Tres de Febrero en dos etapas. También, durante su carrera, se dio el gusto de jugar en Vélez Sarsfield con grandes futbolistas, ser sparring de la Selección Argentina y traspasar las fronteras del país para jugar en el fútbol colombiano. Y también dejó su sello en Central Córdoba.
Álvaro Serrano (48), es otro referente de nuestro fútbol y que dejó un gran recuerdo por todos los clubes por donde pasó.
Hoy, alejado del fútbol pero siempre siguiendo a su “aurinegro” querido, contó las vivencias que le dejó el deporte más lindo de todos. Una entrevista imperdible con Nuevo Diario.
¿Cómo y en dónde fueron tus inicios con el fútbol?
—En mis primeros años como futbolista estuve unos partidos en Unión Santiago, cuando estaban como entrenadores Julio Medina y “Gringo” Oviedo. Sin embargo, no me tuvieron en cuenta y ahí apareció el recordado Aníbal Romano, quien me había visto jugar en el Polideportivo y me llevó a Mitre. Ese tiempo jugaba de 2 en la séptima división junto a Marcelo y Sergio Camacho, Walter Díaz, entre otros. Había un lindo grupo.
—¿Y qué recuerdas de tu estadía en Vélez?
—Tenía un tío muy querido que falleció hace unos meses, Mario Nallar, quien me llevó a Buenos Aires y fuimos a Vélez Sarsfield. Estaban en ese entonces Hugo Tocalli y Alberto Fanessi. En el segundo entrenamiento, me dieron la chance de jugar, lo hice como delantero, gracias a Dios anduve muy bien y quedé en el club. Compartí ese equipo con Mauricio Pellegrino, con quien también estuvimos en la misma habitación durante mi estadía. También integraban el plantel Cristian Bassedas, Sandro Guzmán y el “Turu” Flores. Para las fiestas de Fin de Año regresé a Santiago y no volví a Vélez. Luego de ello, apareció el Mitre que dirigía Ricardo “Kuki” Barrientos y me quedé en la ciudad.
—¿Estuviste como sparring de la selección cuando estabas en el “fortín”?
—Sí, fue una hermosa experiencia. Me acuerdo que hice una linda jugada con caño incluido a Néstor Clausen, me dijo de todo. Me quería comer crudo (risas).
—Luego de ello volviste a Mitre, ¿cómo fue esa etapa?
—Me tocó retornar al club en 1990 y en reemplazo del recordado René Bravo, quien se había ido a jugar en Argentinos Juniors. El “auri” había perdido las semifinales para ascender al Nacional B con All Boys en esa temporada. Tras ello, hubo torneo que se lo denominó permanencia en la liga local y estaban como rivales Central Córdoba, Estudiantes y Unión Obrera de Loreto. Ganamos todos los partidos y después nos enfrentamos con Comercio en la cancha de Güemes y clasificamos a la Liguilla. En esa instancia, tuvimos como rivales a Unión Santiago, Central Argentino y Sarmiento. En el último juego, le ganamos a Central Argentino y fuimos campeones en cancha de Central Córdoba, el rival de toda la vida. Ese encuentro fue muy especial para mí teniendo en cuenta que mi mamá fue a la tribuna de la Pedro León Gallo y estaba embarazada de Jesús María, mi hermano menor. Fue un lindo año, marqué goles en todos los cotejos y así comenzó mi historia con el club. Recuerdo que después de ganar el título, los hinchas nos llevaban en andas a todos los jugadores hasta Roca y Tres de Febrero. Mi tercer ciclo como jugador de Mitre fue a finales de los 90, fuimos varias veces campeones en 1997 y 1998.
—¿El salto al fútbol colombiano cómo fue?
—Llegué al América de Cali por intermedio de don Edgar Mallarino, quien era un descubridor de talentos que tenía ese club. Ese año el América perdió la final de la Libertadores con River, en 1996. En aquella ocasión, estaba Diego Umaña como entrenador, quien después se fue y para reemplazarlo llegó “Chiqui” García, quien finalmente me dio de baja. Fui al Deportivo Pereyra por un tiempo. Más adelante, apareció en escena Reynaldo Rueda y me llevó al Cortuluá. Allí fui compañero de habitación con Mario Yepes (ex- River Plate).
—¿A quién elegirías como el mejor DT que tuviste?
—Y tuve varios, entre ellos, los elijo a Ricardo “Kuky” Barrientos, Reynaldo Rueda y el “Gato” Alessiato.
—¿Un compañero?
—Tuve muy buenos compañeros a lo largo de mi carrera, pero me quedo con Mauricio Pellegrino y Mario Yepes.
—¿A quién tenías como referente?
—Al delantero Juan Gilberto Funes.
—Jugaste también en Central Córdoba, ¿qué te acuerdas de esa etapa?
—Sí, estuve en Central cuando retorné de Colombia en 1997. Tuve diferencias con el técnico Alcides Merlo y me fui de la institución. Ese equipo después logró el ascenso al Argentino A.
—¿Quién fue el jugador que más te impresionó al enfrentar o teniendo de compañero?
—El jugador que más me sorprendió e impresionó fue el “Pibe” Valderrama, un futbolista con cualidades impresionantes. Lo enfrenté en el estadio Pascual Guerrero de Cali y perdimos 3 a 0. También Giovani Hernández y Frankie Oviedo.
—¿Por qué no te inclinaste para ser entrenador?
—No pude ser entrenador por mi profesión de policía. Tenía intensiones de realizar el curso, pero finalmente no se dio.
—¿Qué me dices de lo que está pasando con la pandemia?
—Es algo increíble luchar contra algo que no se ve. Uno se cuida mucho y cuando se sale a comprar algo, no sabes con qué te puedes encontrar. Esto nos quedará grabado de por vida.