La tensión política y mediática alcanzó un nuevo episodio en Radio Rivadavia, donde los periodistas Marcelo Longobardi y Jonatan Viale protagonizaron un acalorado intercambio al aire. El eje del debate fueron los insultos dirigidos a Longobardi durante el acto de presentación de la agrupación libertaria Las Fuerzas del Cielo y la falta de condena por parte de sus colegas y medios de comunicación.
El cruce al aire
El momento de tensión se produjo durante el pase entre los programas Esta mañana de Longobardi y Pan y circo de Viale. Mientras este último proponía hablar sobre el aniversario de la victoria electoral de Javier Milei, Longobardi insistió en tratar las agresiones que recibió:
“Quiero saber por qué razón nadie habla de esto (los insultos). Nunca trabajé en un medio donde mis compañeros y el medio en general no digan una palabra al respecto. Eso me resulta inaceptable”, expresó Longobardi visiblemente molesto.
Aunque Viale intentó suavizar la conversación asegurando que el insulto “está mal” y que “no hay que engancharse más” para evitar darle legitimidad, Longobardi respondió tajante:
“¿Cómo no te vas a enganchar con esta perorata cotidiana de carácter violento? Yo no lo pienso naturalizar, porque esto va a terminar mal”.
El intercambio terminó con Longobardi desconectando abruptamente su cámara web, dejando un clima de incomodidad entre los otros participantes del streaming.
“El insulto era el modo que tenía (Néstor) Kirchner de manejarse con la gente; primero te insultaba. Yo fui muy insultado por Kirchner, primero por Néstor y después por Cristina y todos sus secuaces”, recordó y acusó: “Ahora resulta que soy insultado por esta gente. Nunca trabajé en un medio que no diga una palabra sobre el tema: ni mis compañeros, ni el medio en el que trabajo”, disparó Longobardi en obvia alusión al silencio de Viale y su más que condescendiente entrevista a Romo.
“Eso me resulta inaceptable. Yo no estoy dispuesto a que me insulten todos los días, no lo pienso naturalizar”, siguió mientras Viale intentaba, entre balbuceos, cambiar el foco de la charla.
“Está bien. A mí no me gusta, ya sabés lo que opino”, le respondió su interlocutor. “No, no sé lo que opinás”, retrucó Longobardi, a lo que Viale explicó: “A mí no me gusta el insulto a los periodistas, está mal. Pero bueno, es algo que hace el Gobierno. Por más que lo digamos... No hay que engancharse más porque le damos legitimidad al tema”.
“¿Cómo no te vas a enganchar con esta perorata cotidiana de carácter violento? Yo no lo pienso naturalizar, ni de causalidad. Esto va a terminar mal. No tengo muchas ganas de hacer chistes”, insistió Longobardi antes de desconectar su computadora y cortar la comunicación.
El origen de la polémica
Los insultos hacia Longobardi surgieron durante el acto libertario, donde el referente Agustín Laje criticó duramente al periodismo tradicional, calificándolo como parte del "Partido del Estado". Laje mencionó específicamente al conductor, cuestionando su relevancia y el impacto de sus contenidos en redes sociales:
"Los periodistas como Longobardi suplican una intervención estatal en las redes sociales porque nadie los quiere escuchar. Han ganado el legítimo odio de la sociedad civil", afirmó Laje.
Además, el presidente Javier Milei también lanzó críticas hacia Longobardi, calificándolo de “farsante mentiroso” por sus comentarios sobre un libro de Laje.
Reacción de Longobardi
Lejos de mantenerse en silencio, Longobardi respondió a las críticas afirmando que los ataques no lo intimidan ni modifican su forma de trabajar:
"A veces presento críticas porque es lo que pienso. No hay insulto del Presidente ni de sus trolls que cambien mi manera de hacer periodismo", sostuvo.
Además, calificó de "irresponsables" a Milei, Laje y al escritor Márquez, protagonistas de la polémica.
El debate sobre el rol del periodismo
El incidente evidencia la creciente polarización entre figuras políticas y los medios, en un contexto donde los insultos y la descalificación parecen convertirse en parte del discurso público. Mientras algunos como Longobardi piden condenar este tipo de actitudes, otros, como Viale, optan por restarle protagonismo para evitar su escalada.