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Un estadounidense quedó impactado por cómo los argentinos paran el colectivo: "Es salvaje"

Crédito: C5N

A través de su cuenta de TikTok, el creador de contenido Salvo Grindset, un joven influencer de origen estadounidense que se dedica a registrar sus experiencias viajeras, compartió una publicación que generó un amplio revuelo en redes sociales. En su paso por Argentina, quedó sorprendido por la forma en que los pasajeros detienen el colectivo, utilizando un gesto manual que, según su interpretación, tendría un trasfondo histórico polémico.

En las imágenes, Grindset califica la costumbre como “salvaje” y sostiene que el gesto empleado para frenar un colectivo en el país sudamericano “probablemente lo aprendieron de sus abuelos”. De ese modo, traza un paralelismo con saludos fascistas empleados por regímenes autoritarios del siglo XX, como el partido Nazi en Alemania, el fascismo de Mussolini en Italia y el franquismo español. La publicación no tardó en recibir una ola de comentarios críticos, en especial de usuarios argentinos.

En los mensajes que siguieron al video, muchos usuarios aclararon que la forma correcta de pedir un colectivo es extender el brazo levemente hacia un costado, sin ningún tipo de vínculo simbólico con gestos totalitarios. Algunos le respondieron que no se trata de “buscar discordia donde no la hay”, mientras que otros se preguntaron cómo se detienen los colectivos en otros países, dejando en evidencia una diferencia cultural más que una intención política.

 

El video del estadounidense que habló sobre cómo se paran los colectivos en Argentina

La publicación superó los 2 millones de visualizaciones, posicionándose entre los contenidos más virales del perfil de Grindset. A diferencia de otros videos donde suele compartir recomendaciones turísticas, como uno en el que visita un parque donde se pueden ver carpinchos en Buenos Aires, en esta oportunidad el tono elegido para el contenido provocó una reacción negativa generalizada.

La controversia se amplificó en plataformas como Twitter e Instagram, donde la interpretación del gesto fue vista por muchos como una lectura forzada o incluso provocadora. Los cuestionamientos se centraron en el hecho de asociar una práctica cotidiana con un símbolo de violencia histórica, generando malestar entre quienes consideran que ese tipo de comparaciones banaliza contextos muy diferentes.

En pocas horas, el influencer pasó de ser un observador curioso a convertirse en el centro de una discusión cultural. Lo que parecía un detalle anecdótico en su recorrido por Argentina se transformó en un debate sobre costumbres locales, interpretación histórica y sensibilidad cultural, reflejando los límites del contenido viral cuando toca temas sensibles sin el debido contexto.

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