Espectáculo

Murió a los 83 años Lalo Schifrin, galardonado músico y compositor argentino

Murió Lalo Schifrin, uno de los artistas argentinos más influyentes del siglo XX, cuyo talento trascendió fronteras y generaciones. El compositor, fallecido a los 93 años en Los Ángeles por una neumonía, deja un vacío en la industria que solo se compara con la inmortalidad de sus obras. Desde el tema de “Misión: Imposible” —esa melodía que todos tararean aunque no recuerden su nombre— hasta bandas sonoras de clásicos como “Harry el sucio” y "Bullitt", Schifrin demostró que la música podía ser tan protagonista como los actores. Su muerte llega en un día triste para el arte, que también despide al actor René Bertrand, y a poco de la partida de un colega, el director Ángel Mahler, pero su legado, como sus notas, no conoce de finales.

Nacido como Boris Claudio Schifrin en Buenos Aires (1932), el pequeño Lalo encontró en el piano su primer amor, guiado por un padre violinista del Teatro Colón. Pero fue el jazz —ese "ruido" que despreciaba su progenitor— el que lo llevó al estrellato. A los 20 años, el trompetista Dizzy Gillespie lo escuchó improvisar en un boliche de la calle Esmeralda y le ofreció un boleto sin retorno a Nueva York. "¿Te querés venir a los Estados Unidos conmigo?", le preguntó el ícono del bebop. Schifrin no lo dudó: escribió Gillespiana en un barco y en 1963 ya firmaba contratos en Hollywood, donde mezcló jazz, tango y sinfonías como nadie.

Su creatividad no tuvo límites. "Bruce Geller me pidió un tema que hiciera correr a la gente del living a la TV", contaba sobre la composición de Misión: Imposible. Lo logró: ese ritmo de 5/4 con piano y trompeta se grabó en un día y hoy suena en memes, aviones y hasta en el ring de boxeo. Pero Schifrin fue más que un hit: en “Harry el sucio” usó metal para retratar la violencia policial; en “Bullitt” fusionó jazz y orquesta para la persecución de Steve McQueen; y en “El exorcista” —aunque rechazaron su partitura— inventó el terror psicológico con sonidos aleatorios.

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