La Provincia

Más de 50 años de uno de los lugares que ha marcado a generaciones en Santiago

Uno de los lugares emblemáticos y ya un espacio habitué es el bar de “El gordo Chicho”, cercano a la Universidad Nacional de Santiago del Estero (UNSE), al Ministerio de Salud y al hospital Regional “Dr. Ramón Carrillo”. Y el pasado domingo 14 de este mes, cumplió 55 años de su inauguración. “Es por ello que cumplió 55 años desde aquel día y queremos agradecer por compartir sus momentos con nosotros y seguir disfrutando”.

La familia Pécora Russo vino en 1948 escapando de la guerra de Europa cuando se asentaron en Santiago del Estero, alquilaron un campo para poder solventar sus gastos y en 1969 le ofrecieron el alquiler de un bar llamado Messina en la acequia en la Av. Belgrano al frente del Ministerio de Salud, cambiando el rubro de tamberos a kiosquero donde Giacomo Pécora y Mariana Russo junto a su hijo Francisco “Chicho” Pécora comenzaron el nuevo rubro ofreciendo café con leche de tambo”.

A su vez, siguió: “Esta leche de tambo era la que nos vendía la familia Muratore, además los famosos sándwich de milanesa y con el tiempo los de jamón crudo y queso. En los años 70 por cierre de la acequia de la Av. Belgrano, se adquirió un terreno en diagonal de donde estábamos y ahí se instaló nuevamente el bar y con los años cambió al nombre de “Bar, el Gordo Chicho”, ya que los fundadores dan como entrega a su hijo y nuera María Romano para seguir con el emprendimiento.

Por este lugar pasaron miles de personas, niños que hoy son profesionales, empleados del ministerio y de lugares públicos de alrededor del bar, jubilados y demás familias, cada uno compartiendo vivencias y recuerdos que quedan marcados en cada rincón del bar y de cada uno de nosotros.

Toda la familia Pécora Russo ha podido estabilizarse, estudiar, formarse y crecer gracias a este negocio, que es parte vital de sus vidas. No puedes contar parte de ellas sin contar cómo se conformó el bar, y también está destacado en la memoria colectiva de toda la comunidad santiagueña. Ya sea por su ubicación estratégica o por su ambiente tan familiar. Demás santiagueños y clientes de hace muchas décadas expresaron sus sensaciones sobre esto y sus mensajes no tardaron en llegar”.

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