Este otoño, disfrutar de una tradición en la siesta santiagueña, como es la de comer unas mandarinas bajo los rayos del sol se ha convertido en un lujo para muchos en Santiago del Estero. La tradicional docena de mandarinas ha pasado a la historia, siendo reemplazada por la venta al peso, debido a los elevados costos de estos cítricos. En comparación con el otoño del año pasado, los precios han experimentado un incremento significativo. En 2023, una docena de mandarinas costaba alrededor de $300, llegando a un máximo de $500 en algunos comercios del centro. Este año, los precios oscilan entre $1.000 y $2.000 por kilo, lo que equivale a aproximadamente entre seis y ocho mandarinas.
Este cambio en la modalidad de venta y el aumento de los precios reflejan la realidad económica nacional, derivada de las medidas de ajuste del Gobierno de la Nación, encabezado por Javier Milei, que afecta tanto a productores como a consumidores. Los comerciantes, buscando maximizar sus ganancias en un contexto de constantes aumentos de costos de producción, han optado por vender las mandarinas por kilo, lo que les permite ajustar mejor sus márgenes de beneficio. Para los consumidores, esto significa un gasto considerablemente mayor para disfrutar de una fruta que tradicionalmente ha sido sinónimo de otoño.