Ante la preocupación social que generan los accidentes de tránsito, el psicólogo Daniel Moreno, especialista en comportamiento, brindó una profunda mirada sobre los factores que inciden en esta problemática. Desde su perspectiva, los accidentes de tránsito son "multicausales", y el principal protagonista es la persona misma, con sus propios rasgos de personalidad y la forma en que resuelve las situaciones.
La falta de empatía
Moreno enfatizó las condiciones cognitivas de las personas al volante, como la capacidad para realizar cálculos espaciales y temporales, y medir la velocidad, aspectos vitales para la seguridad propia y la de los acompañantes. Es aquí donde el profesional observa una clara deficiencia: "Es cuidar al otro. Aquí es donde se ve la falta de empatía y de reconocimiento del otro, siendo que los diferentes recorridos viales no dejan de ser otro espacio donde se reconoce al otro y se debe respetar. Lamentablemente se rompe esa premisa y siempre se ve el hecho del que llega primero o por la misma rigidez, como decir: 'Esta es la forma en la que yo manejo y vos, adaptate'. Es notable la falta de empatía en la calle".
Otra característica fundamental, según el psicólogo, es que estos eventos son evitables. La fatiga diaria, el estrés y la falta de conciencia sobre las propias limitaciones al conducir son factores clave. A esto se suma el consumo de sustancias, tanto alcohol como drogas ilegales.
"El consumo de sustancias (desde alcohol, hasta las ilegales), ni hablar, que asociado a un contexto de fiestas, reuniones, boliches, se genera ahí una consecuencia muy directa y los márgenes de los accidentes crecen", advirtió. También señaló el riesgo de algunos medicamentos, como los psicofármacos, que pueden generar "movimientos ralentizados o falla de cálculos", aspectos a tener en cuenta al momento de tomar el volante.
Moreno también mencionó el "ritmo vertiginoso" o el "piloto automático" en el que muchas personas transitan sus vidas. "A veces escucho en el consultorio a pacientes decir que van algunas veces de sus trabajos a sus hogares sin recordar por qué calle han salido y eso es bastante llamativo, uno debe estar alerta y ese piloto automático hace que no estemos atentos del todo", ilustró.
Consecuencias postraumáticas
Finalmente, el psicólogo se refirió a la personalidad de cada conductor y cómo se manejan sentimientos como la frustración o la impulsividad. "Si veo que alguien quiere pasarme, cómo me comporto. Es por ello que creo que no todos pueden conducir, por lo que tenemos el carnet y los exámenes psicofísicos", sentenció, sugiriendo la importancia de una evaluación más profunda de las aptitudes psicológicas para conducir.
El profesional concluyó su análisis alertando sobre las graves consecuencias que trascienden lo material en un accidente: "Cuando se da un accidente, desde lo material, pero todo lo demás es un campo que se abre, desde las consecuencias, temporales o determinantes, y no hay vuelta atrás. Y luego de la persona que chocó o que fue chocada se genera un estrés postraumático, donde pueden encontrarse fobias, angustias y que siempre pueden ser evitables". Su mirada subraya la urgencia de una mayor conciencia y responsabilidad individual para reducir la siniestralidad vial. Además de mirar al otro con todos sus derechos y virtudes humanas desde la empatía que se merece.