La Provincia

La ciudad de Los Juríes celebra a los seis nuevos profesionales que se abren camino

El esfuerzo, la dedicación y el compromiso con la educación continúan siendo el motor que impulsa a los jóvenes de Los Juríes a superar adversidades y alcanzar sus metas. Hace apenas unos días, seis chicos lograron recibirse en distintas profesiones. En la jornada del pasado viernes, seis nuevos jóvenes se sumaron a esta lista de nuevos profesionales, reafirmando que con perseverancia todo es posible. Son seis nuevas historias de superación y sueños cumplidos que llevaron consigo el orgullo de un pueblo que cree en la educación como herramienta de transformación.

 

Gonzalo Villarreal, desde el Lote 52, cruzó caminos y fronteras para abrazar su destino. En Laborde, Córdoba, entre la soledad de la distancia y la fortaleza del anhelo, logró coronar su esfuerzo como profesor de Matemáticas, llevando consigo la humildad de su tierra en cada cálculo y enseñanza.

 

Cristian Daniel Bravo, del barrio Matadero, compartió el mismo desafío académico, la misma meta y el mismo viaje de aprendizaje. En Laborde encontró no solo el conocimiento, sino también la certeza de que los sueños son más fuertes que cualquier adversidad. Hoy, al igual que Gonzalo, porta el orgullo de ser profesor de Matemáticas.

 

Desde La Simona, donde la vida a veces se abre paso entre las ausencias, David Ruiz convirtió el dolor en motor de superación y dejó que su espíritu indomable lo guiara. La pérdida de su padre fue una herida profunda, pero también el impulso para alcanzar sus metas. Hoy, con su título de profesor de Tecnología en el IFD N° 12 de Herrera, demuestra que la perseverancia puede más que la adversidad.

 

En el arte de cocinar, Ramiro Díaz encontró una pasión que trasciende fronteras y una vocación que alimenta cuerpo y alma. Su pasión por la gastronomía lo llevó, con apenas 20 años, a certificar su talento con una Diplomatura Universitaria en Gastronomía y Alta Cocina, demostrando que los sueños también se cocinan a fuego lento.

Leonardo Domiciano, sembrado en el terreno fértil de una familia que siempre apostó por la educación, cosechó los frutos de su esfuerzo. Hoy, como técnico en Gestión de la Producción Agropecuaria, encarna el futuro prometedor de un campo que crece bajo la mirada sabia y trabajadora de quienes lo aman.

 

Desde el Km 477, Lote 51, Natalia Gómez conquistó su meta. Su dedicación y esfuerzo la llevaron a recibirse de profesora de Tecnología en la Escuela Normal Superior Manuel Belgrano, en Capital. Un logro que enorgullece a su familia y su comunidad, dejando una huella imborrable y es el ejemplo vivo de que el esfuerzo ilumina hasta los caminos más largos.

 

Estas historias no son solo logros individuales, son semillas de esperanza que florecen en el corazón de Los Juríes. Son un recordatorio de que el sacrificio, la dedicación y el amor por el conocimiento transforman vidas y comunidades.

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