Una docente jubilada de 72 años, domiciliada en el barrio Belgrano de la ciudad Capital, viajó a Las Termas para disfrutar y descansar el fin de semana último. Mientras se encontraba en el hotel, la mujer recibió un llamado telefónico con característica de Buenos Aires y el interlocutor se presentó como representante de la empresa de telefonía móvil de la que ella es usuaria. El sujeto le manifestó que había una promoción con “importantes descuentos” en las facturas de la línea telefónica para los jubilados, para lo cual debía seguir las instrucciones brindadas por él para acceder al beneficio. La exdocente respondió positivamente y siguió las instrucciones que iba dando; entre ellas, instaló una aplicación y le dictó una clave que le figuraba en la pantalla. Seguidamente, el sujeto le cortó la llamada y no volvió a comunicarse.

Ante la sospecha de que todo había sido un engaño para apoderarse de su dinero, la jubilada se trasladó hasta una entidad bancaria y extrajo los últimos movimientos de su tarjeta de débito. De esta manera, comprobó que le habían hackeado la cuenta y solicitaron dos préstamos por casi dos millones de pesos que transfirieron en forma inmediata a otra persona que no conoce. Uno de ellos fue de $ 1.750.000 y el restante de $ 182.332.

Con una crisis de nervios, en medio de un fin de semana de descanso, la damnificada se presentó en la Comisaría Nº 50 y realizó la denuncia policial. El hecho generó la intervención de las autoridades de la Unidad Fiscal de Río Hondo y Guasayán, quienes ordenaron que el Departamento de Delitos Económicos se hiciera cargo de la investigación. Las autoridades policiales recomendaron no brindar información a desconocidos que llamen. Aconsejaron llamar a la empresa o entidad para preguntar si es verdad.