Cuando se trata de limpiar la grasa acumulada en la cocina, muchas personas recurren al vinagre o al bicarbonato de sodio, pero hay un truco mucho más eficaz y sencillo que utiliza un ingrediente comúnmente disponible en la mayoría de las casas: el limón.

Aunque existen diversas soluciones caseras para combatir la grasa, el jugo de limón es uno de los remedios más poderosos debido a su acidez natural, que actúa como un excelente quitagrasa. Su acción astringente hace que la grasa se afloje rápidamente sin necesidad de frotar intensamente.

Para llevar a cabo este truco, solo necesitas un par de limones y seguir estos simples pasos:

Prepara el jugo de limón: exprime uno o dos limones frescos y vierte el jugo en un recipiente. Si deseas potenciar el efecto, puedes calentar el jugo en el microondas durante unos segundos para que esté tibio.

Aplica el jugo de limón sobre la grasa: usa un paño o esponja humedecida con el jugo y aplícalo directamente sobre las áreas con grasa, como la estufa, el horno o la campana extractora.

Deja que actúe: permití que el jugo repose durante unos 5 a 10 minutos. Este tiempo permitirá que la acidez del limón afloje la suciedad acumulada.

Frota suavemente: usa una esponja o un cepillo suave para frotar la superficie. Verás cómo la grasa se desprende con facilidad. Si encuentras manchas persistentes, puedes espolvorear un poco de sal sobre el jugo de limón para crear un efecto abrasivo suave.

Retira el exceso: finaliza el proceso pasando un paño húmedo para eliminar los restos de grasa y jugo de limón. Luego, seca la superficie con un paño limpio para dejar todo impecable.