La Provincia

El Papa León XIV se reunió con el Colegio Cardenalicio y pidió retomar el camino con esperanza y fe

En la mañana de este sábado, el Papa León XIV mantuvo un importante encuentro con los miembros del Colegio Cardenalicio, incluyendo a los cardenales que participaron del reciente Cónclave y a aquellos que, por edad, no formaron parte de la elección. La reunión, de profundo carácter espiritual y simbólico, se desarrolló en un ambiente de recogimiento y reflexión, y contó con la participación del Cardenal Primado de la Argentina y Arzobispo de Santiago del Estero, Vicente Bokalic CM.

La jornada inició con una oración común, en la que se pidió que el Señor siga guiando a la Iglesia “con espíritu y entusiasmo, en una fe profunda”. Luego, los presentes rezaron en latín el Padre Nuestro y el Ave María.

Durante el encuentro, el Papa compartió reflexiones sobre el momento histórico que vive la Iglesia tras la muerte del Papa Francisco, a quien definió como un modelo de entrega, sencillez y esperanza en Dios. “Hermanos cardenales, los saludo y les agradezco a todos por este encuentro y por los días que lo han precedido, dolorosos por la pérdida del Santo Padre Francisco, arduos por las responsabilidades afrontadas juntos y, al mismo tiempo, ricos de gracia y de consolación en el Espíritu”, expresó.

El nuevo Pontífice destacó que no se siente solo frente a la enorme responsabilidad que implica su nuevo rol, ya que cuenta con la ayuda del Señor y el apoyo del Colegio Cardenalicio: “Su presencia me recuerda que el Señor, que me ha confiado esta misión, no me deja solo con la carga de esta responsabilidad”.

Agradeció especialmente al cardenal Giovanni Battista Re, decano del Colegio, y al cardenal Kevin Joseph Farrell, camarlengo de la Iglesia romana, por su trabajo durante la Sede Vacante y la organización del Cónclave. También tuvo palabras de afecto hacia los cardenales ausentes por razones de salud.

León XIV pidió contemplar los últimos acontecimientos —la muerte del Papa Francisco y el desarrollo del Cónclave— como “un acontecimiento pascual”, un tránsito hacia la plenitud de la vida: “Confiamos al Padre de las misericordias el alma del Pontífice difunto y también el futuro de la Iglesia”.

En ese sentido, exhortó a retomar con convicción el camino de la fe y de la misión:

“El Papa, desde san Pedro hasta mí, su indigno sucesor, es un humilde siervo de Dios y de los hermanos, y nada más que esto. Lo han demostrado bien muchos de mis predecesores, como el Papa Francisco, con su estilo de vida austero y su abandono en Dios”.

Unidad, esperanza y fidelidad a la misión

El Papa subrayó que el verdadero guía de la Iglesia es el Cristo Resucitado, presente entre los fieles: “A nosotros nos toca ser dóciles oyentes de su voz y ministros fieles de sus designios de salvación, recordando que Dios ama comunicarse […] en una sutil voz de silencio”.

Asimismo, reflexionó sobre la grandeza de la Iglesia, expresada en la diversidad de sus miembros, y llamó a los cardenales a renovar su compromiso con el camino trazado por el Concilio Vaticano II, una senda que el Papa Francisco supo actualizar, en especial a través de la exhortación apostólica Evangelii Gaudium.

Citó algunos ejes de ese documento, como:

El primado de Cristo en el anuncio del Evangelio.

La conversión misionera de toda la comunidad cristiana.

La colegialidad y sinodalidad.

La atención al sensus fidei, expresado en la piedad popular.

La opción preferencial por los pobres.

El diálogo valiente con el mundo contemporáneo.

El sentido del nombre papal y un mensaje final de fe

El Papa León XIV también explicó la elección de su nombre:

“La razón principal es el Papa León XIII, quien con la Encíclica Rerum novarum enfrentó la cuestión social de su tiempo. Hoy, la Iglesia debe responder a una nueva revolución industrial y a los desafíos de la inteligencia artificial, defendiendo la dignidad humana, la justicia y el trabajo”.

Para cerrar el encuentro, citó las palabras de San Pablo VI al inicio de su pontificado, en 1963, e hizo un llamado a la oración y el compromiso activo:

“Que sobre el mundo entero pase una gran llama de fe y de amor que ilumine a todos los hombres de buena voluntad […] Que sean también estos nuestros sentimientos y, con la ayuda del Señor, los traduzcamos en oración y compromiso”.

Con este mensaje de continuidad, servicio humilde y esperanza renovada, el Papa León XIV comienza su ministerio petrino marcado por el legado de Francisco y por los grandes desafíos del tiempo presente.

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