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Club Triángulo Rojo: Más de medio siglo de pura historia

El club Triángulo Rojo, la entidad más antigua del populoso barrio John Kennedy, celebra 52 años de historia con un recorrido lleno de logros y desafíos.

Fundado por José Pérez y un grupo de entusiastas jóvenes y vecinos, el club se ha convertido en un pilar comunitario, con un predio de dos hectáreas que incluye un campo de 86 metros de largo por 60 de ancho, un amplio salón y un sector destinado a la UPA 10. Sin embargo, a pesar de su crecimiento y potencial, la institución enfrenta serios problemas de vandalismo y deterioro.

Labor

Miguel Mansilla, dirigente del club, expresó su frustración ante la constante lucha por mantener las instalaciones en buen estado.

“Es una lucha constante. No se puede seguir de esta manera. Es cierto que nosotros luchamos por un lado y por otro están los que destruyen todo. Nos roban cables de electricidad, focos, sillas, reflectores de la cancha. Nosotros somos grandes, pero seguimos luchando”, comentó Mansilla.

“Lucha con la maldad”

Néstor Pérez, hermano del fundador y miembro activo del club, también compartió su desánimo frente a los daños recurrentes.

“La lucha con la maldad es interminable y ha llegado hasta incendiar las instalaciones del club, donde se quemaron puertas, ventanas, freezer, ventiladores, e incluso la indumentaria deportiva del club de fútbol. Es algo que no podemos entender”, lamentó Pérez.

Además, detalló que los daños incluyen el corte de cables de luz, lo que provoca la pérdida de medicamentos y vacunas almacenados en refrigeración.

Apoyo gubernamental

A pesar de estos obstáculos, el club Triángulo Rojo ha contado con el apoyo significativo del gobernador Gerardo Zamora, quien ha sido fundamental en la construcción y mejora de las instalaciones.

“Toda la construcción que tiene la entidad ha sido gracias a nuestro gobernador Gerardo Zamora. La sede cuenta con vestuarios, baños, una amplia cocina, un salón multiuso aún no terminado y la construcción donde funciona la UPA 10. Vamos a seguir trabajando. No vamos a bajar los brazos”, destacó Pérez.

Comunidad

En cuanto al campo de juego, Pérez señaló que los equipos que utilizan las instalaciones pagan un alquiler simbólico de cinco mil pesos, una cantidad insuficiente para cubrir los costos de mantenimiento, como la compra de cal para marcar la cancha.

Las cuotas societarias también son mínimas y no alcanzan para cubrir las necesidades de crecimiento del club. Pese a los desafíos, el club Triángulo Rojo sigue comprometido con su misión de servir a la comunidad.

“Estoy convencido de que nos merecemos una institución modelo en nuestro barrio y vamos a trabajar para cumplir el mismo”, concluyó Néstor Pérez, reafirmando el compromiso del club con su desarrollo y la mejora de sus instalaciones.

El club Triángulo Rojo, pese a las dificultades suma años y adeptos al deporte, y lucha para seguir sacando a jóvenes de la calle a cambio de una contención, una labor relevante para el barrio.

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