La Provincia

Brea Pozo: Vecinos agradecieron el paso evangelizador de la Virgen Peregrina

La comunidad de Brea Pozo despidió con emoción y gratitud al Grupo Misionero de Luján, que realizó una estadía evangelizadora en la localidad. Durante su paso, compartieron bendiciones, visitaron a vecinos, instituciones y organizaciones deportivas, llevando consigo la imagen de la Virgen Peregrina.

Vecinos y autoridades locales destacaron "el buen accionar" del grupo, reconociendo su entrega y compromiso con la fe. En tanto, los integrantes del grupo misionero, entre ellos el padre Luis Perales, se mostraron agradecidos por el cálido recibimiento. "Nos sentimos profundamente acompañados y emocionados por el cariño de la gente", manifestaron al Multimedio, presente en la cobertura.

La historia de la Virgen de Luján no puede contarse sin mencionar a Manuel, conocido como el "Negro Manuel", su primer custodio. Originario de África, fue capturado y vendido como esclavo. Tras pasar por Cabo Verde, fue trasladado a Brasil y luego al Virreinato del Río de la Plata. En Buenos Aires, quedó bajo la tutela del portugués don Rosendo González, quien lo hizo trabajar en una estancia cercana al río Luján.

Según cuenta la tradición, en uno de los viajes de carreta en los que se transportaba una imagen de la Virgen —encargada por la familia Salazar—, los bueyes se detuvieron misteriosamente al llegar a la orilla del río. Fue interpretado como una señal divina: la Virgen deseaba quedarse allí. Así comenzó la devoción popular en Luján.

El "Negro Manuel" se convirtió en su fiel custodio. Cuidó de la imagen durante más de 40 años, rechazando incluso separarse de ella cuando una mujer, doña Ana de Matos, intentó llevarla a su hogar. Cuenta la historia que la imagen desaparecía misteriosamente de su casa para reaparecer junto a Manuel, quien simplemente decía: "Yo soy de la Virgen nomás".

Finalmente, doña Ana comprendió que el deseo de la Virgen era permanecer en aquel lugar, y se construyó un templo en su honor. Hoy, la imagen es una de las más veneradas de la Argentina, y su historia sigue viva gracias al testimonio de fe de aquel humilde custodio.

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