Hemos escuchado ciento de historias de héroes y policías que llegan justo a tiempo para evitar una catástrofe. Este caso fue distinto. En Alaska, un oficial de policía se dirigía a un lugar, ya que había recibido el llamado de auxilio de una familia. Iba a toda velocidad por la ruta.

Iba a toda velocidad por la carretera. El patrullero Terrence Shannon intentaba llegar a Caswell Lake, bastante retirado de la estación de policía. 

El joven oficial se apresuraba, pero el frío y la nieve se volvieron en su contra. El camino era resbaloso y se vio obligado a bajar la velocidad. Iba con precaución, y pocos metros de llegar a una desviación su GPS se congeló. 

El aparato que podía guiarlo a la familia que necesitaba ayuda dejó de funcionar. Terrence estaba desesperado, no sabía qué hacer. Por un momento meditó, y conforme se acercaba a la división del camino logró ver con las luces de la patrulla una silueta a lo lejos. Se acercó con cuidado y se sorprendió al comprobar que se trataba de un perro pastor alemán. 

“Parecía como si el perro quisiera decirme algo”, mencionó. El animal comenzó a ladrar y cuando obtuvo la atención de Terrence echó a correr a toda velocidad por el camino que se abría a la izquierda. 

Sin pensarlo dos veces Terrence siguió al perro, el cual saltaba, ladraba y se aseguraba de que el auto lo siguiera, todo con tal de salvar a su familia. Después de unos minutos miró a lo lejos una luz anaranjada. Se dio cuenta de que la casa a donde el perro (de nombre Buddy) lo había guiado se estaba incendiando. 

“En ese día en particular hubo una conexión que permitió que Buddy se comunicara conmigo. Sentí una corazonada, mi intuición me dijo que debía seguir al perro, ya que me daba muchas indicaciones”, dijo el agente.