Aún es un verdadero misterio el aberrante crimen de Jacinto Pogonza (47), el comerciante oriundo de la ciudad de Herrera, departamento Avellaneda. La Policía y la fiscal Karina Gutiérrez trabajan recabando pistas o indicios. Como dato sobresaliente en la jornada de ayer se supo que no aparecen las llaves de la puerta de ingreso a la vivienda y de una caja fuerte que guardaba en su interior una importante cantidad de dinero destinado para la compra de una camioneta. La caja fuerte fue encontrada vacía. La llave tenía grabada el código o clave de acceso. La caja fuerte no solo tenía dinero ahorrado sino también otros elementos de valor. 

La fiscal Gutiérrez estuvo todo el día de ayer trabajando en el lugar en forma conjunta con investigadores de diferentes divisiones. Hay muchos nombres de posibles sospechosos pero nada concreto hasta el momento. Todo se encuentra en materia de investigación. 

Los sabuesos están haciendo base en la Comisaría 19ª de Herrera, Avellaneda, y desde allí se dirigen hacia diferentes puntos de la ciudad si es necesario. 

A última hora se sumaron efectivos de otras divisiones policiales. Todos están abocados a encontrar al responsable del aberrante hecho de sangre que le provocó la muerte al comerciante Jacinto Pogonza. 

Ayer en horas de la siesta finalizó la autopsia en la morgue judicial y el cuerpo luego fue trasladado hacia la ciudad de Herrera para darle el último adiós. Se estima que en la jornada de hoy, los restos de Pogonza serán sepultados en el cementerio de la localidad de Herrera.

No aparecen los celulares

La Policía también busca dos aparatos móviles de Pogonza. La víctima tenía en su poder dos celulares que desaparecieron misteriosamente desde el interior de la vivienda luego de ser asesinado. 

El o los victimarios seguramente se llevaron los aparatos móviles con la intención de no dejar ningún tipo de huellas o pistas que permita a los investigadores avanzar en la investigación.

"Jacinto era una muy buena persona"

Miguel es el hermano de Jacinto Pogonza. Ayer estuvo en la morgue judicial para retirar el cuerpo de su hermano. Antes de partir hacia la ciudad de Herrera, Avellaneda, dialogó con Nuevo Diario. “Estamos destruidos. Jacinto era una muy buen persona. Sólo pedimos justicia y que se detenga a los responsables de este aberrante crimen”, fueron las primeras palabras. Luego recordó: “El miércoles hasta las 23.30 estuvimos charlando por mensaje de texto. Me dijo que se encontraba bien. El jueves me entero lo sucedido”. 

Tanto Miguel como el resto de los familiares no encuentran consuelo ante tamaña pérdida. Confían en que pronto conocerán el rostro del o los asesinos de su hermano.