No es un cambio de rumbo en la relación bilateral, ni siquiera un gesto de fastidio de su ex adversario en los negocios inmobiliarios de Manhattan: se trata del rigor del protocolo americano que indica que la Casa Blanca no invita a jefes de Estado a la asunción presidencial. Por eso, Mauricio Macri no estará el 20 de enero de 2017 en Washington para participar de la toma de juramento de Donald Trump.

Macri y Trump ya mantuvieron un contacto telefónico en el que el magnate le dijo al mandatario argentino que, espera que Argentina y los Estados Unidos tuvieran “la mejor relación bilateral de su historia”.

“Lo espero cuando usted quiera en la Casa Blanca”, le dijo el republicano al mandatario argentino.

Argentina tiene muy adelantada las negociaciones para la apertura de las exportaciones de limones y carnes a Estados Unidos y cualquier decisión proteccionista de Trump podría echar el camino andado.