Entre otros de los datos interesantes aportados por el profesional del Hospital de Clínicas, se destaca que un 85% de la población total padece “sensibilidad no celíaca”.

Loyacono explicó: “El sistema inmunológico, cuando está disfuncionando no genera respuestas específicas, entonces para hacer ese diagnóstico de celiaquía es necesario primero tomar una muestra de sangre y buscar anticuerpos contra el gluten.

Cuando estos anticuerpos están presentes, hay una respuesta específica, se hacen los estudios pertinentes y se diagnostica la celiaquía”, detalló.

Sin embargo, “en el caso de la persona con TEA, lo que sucede es lo que se llama sensibilidad no celíaca. Está en un 95% de los niños dentro del Espectro Autista, pero hasta en un 85% de la población en general”.

Estas personas “no pueden digerir el gluten y lo que sucede es que se activa una vía inflamatoria que es inespecífica, que no genera anticuerpos y se llama inmunidad innata”, reflejó.

Sobre este escenario, el especialista dijo que “la única forma de entender la problemática es buscar la sintomatología del paciente, evitar el consumo de gluten y ver las mejorías”.