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Cómo debes actuar si encuentras bultos en tus axilas

El 80% de los casos se debe a algo normal  e inocuo que no debe preocuparte. Lo primero que debes hacer en el momento en que lo detectes es no asustarte y pensar que lo más probable es que se deba a una forinculosis. Esta consiste en una infección de la glándula productora del sudor, que desemboca en la salida del vello de la axila. Cuando esta glándula se infecta, obstruye la salida del sudor y se crea un tejido muy adecuado para el crecimiento de bacterias.

 

 

Al mantenerse la infección se cierra la salida del sudor y aunque la infección mejore, es frecuente que se forme un bulto en la axila o quiste que puede ser doloroso al tacto.

La obesidad, diabetes y las alteraciones inmunitarias pueden hacer más frecuentes estas infecciones, que de forma ocasional son más frecuente en las mujeres.

 

 

En este sentido, se les aconseja tener mucho cuidado al momento de llevar a cabo el proceso de depilación. Es precisamente en este momento cuando nos depilamos y cuando el vello vuelve a crecer, es aquí cuando se corre el peligro de que el vello quede atrapado y ocasione un forínculo. Intenta lavarte habitualmente la zona de las axilas haciendo una pequeña exfoliación para que el poro se abra y el vello crezca de modo normal. Intenta también no utilizar desodorante muy agresivos o con muchos químicos, porque también puede dañar esta zona tan sensible; pero normalmente, esta es la causa más común de una aparición de un bulto en la axila.

 

 

Debes realizar la consulta médica y el tratamiento es mediante antibióticos contra el estafilococo. Si el bulto en la axila o quiste persiste se recomienda su drenaje o una intervención de cirugía, para extraer totalmente esta glándula afectada. Para evitar las recaídas se recomiendan geles germicidas o antisépticos, evitar desodorantes oleosos (grasos), mantener una higiene adecuada y cambiarse de ropa frecuentemente. En ocasiones, la aplicación de antibióticos tópicos de forma continua puede ayudar a mejorar.

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