Luis, tiene un local familiar llamado Perro Feliz, en el que ofrecen el servicio de baño y peluquería para mascotas. Su esposa Gabriela lo estaba acompañando mientras Luis Antonio bañaba a un perrito. La hora del té llegó y fue a la cocina para prepararlo. Cuando volvió, encontró a su esposo disfrutando del momento mientras bailaba y disfrutaba el baño que le estaba dando a la mascota de uno de sus clientes. Luis Antonio no se dio cuenta de que su esposa Gabriela estaba grabando todo lo que ocurría y él continuó “Bailando como nadie lo estuviera viendo”.

Es enorme el amor que le tiene Luis Antonio a los perros, incluso se dedica a llevar a casa a los caninos que encuentra abandonados. Los alimenta, los cuida, los ama y busca para ellos un hogar para que vivan amados y llenos del cariño de una familia.