El yoga es una filosofía de vida que muchas personas adoptan.
Sirve para conectar el cuerpo, la respiración y la concentración para la armonía de la mente, y así poder cultivar la paz y la calma interior.
Nuevo Diario le consultó a Josefina Leguizamón, Lic. en Gestión Educativa, profesora de Educación Especial, de yoga para niños y terapeuta floral sobre qué beneficios tiene el yoga en las personas con autismo.
La licenciada puntualizó: 1) “La clase tiene que estar planteada dentro de un espacio seguro, conocido, confortable, con material preparado con anticipación para evitar generar ansiedad ante lo desconocido”.
2) “Las rutinas en yoga son sencillas y fáciles de seguir. Utilizamos material concreto y visual (pictogramas con asanas) y para una mejor comprensión de lo que se está trabajando”.
3) “La clase se desarrolla a través del juego con el objetivo de trabajar la socialización y el manejo de emociones”.
4) “Las meditaciones son las preferidas de los niños, las hacemos entre todos acompañadas con mantras para niños. Dependiendo de la práctica que tengan, las meditaciones van variando en tiempo. Son activas y con juegos de mudras (manos)”.
5) “Utilizamos material concreto para tomar conciencia de la respiración y lo importante que es respirar para calmarnos en momentos de enojos, rabietas, etcétera”.
6) “La familia es un eslabón fundamental en el progreso del niño. El apoyo en cumplir el horario, no faltar, practicar en casa los ejercicios que aprendió en clase y acompañarlos en el proceso”.
Estos puntos que indica la profesional van de la mano de las necesidades que presentan las personas con autismo.
Cualquier práctica deportiva es muy buena para las personas con TEA y, concretamente, esta actividad tiene unas características que benefician respecto a otras cuando se realiza de manera periódica.