Esta madrugada, una estruendosa explosión despertó a decenas de vecinos que, tras salir a inspeccionar qué ocurría, se encontraron una impactante escena: en la gasolinera barrial, un remís se encontraba en llamas al igual que su conductor, quien tuvo que ser hospitalizado de urgencia.

El estremecedor episodio ocurrió en la zona sudeste de la capital salteña y los testigos aún siguen conmocionados. Según trascendió del testimonio de los vecinos, eran cerca de las 5.20 de la madrugada cuando ocurrió la explosión.

Todo comenzó cuando el remisero paró a cargar combustible en una estación de servicio ubicada sobre la Ruta Provincial 26 de Salta. Allí, descendió del vehículo y solicitó que le llenaran el tanque. Durante la espera, el trabajador sacó su teléfono celular para entretenerse y, en un acto de inconsciencia total, también sacó sus cigarrillos y un encendedor.

No obstante, no llegó a inhalar ni una vez: la llama del encendedor fue suficiente para liberar una rápida combustión del gas que alcanzó instantáneamente el tanque de GNC de su Fiat Argo, el cual terminó reventando y esparciendo llamas por todos lados.

El remisero fue alcanzado tanto por la onda expansiva como por el fuego, y los médicos atribuyen su supervivencia a un "milagro", aunque también destacaron la rápida intervención de los trabajadores y testigos, que lo trasladaron de inmediato al hospital de Bernardo, donde actualmente continúa internado bajo observación y con pronóstico reservado.

El estallido y la onda expansiva le provocaron quemaduras de tercer grado al hombre, es decir, alcanzaron la grasa debajo de la piel. Este tipo de lesiones requieren —casi en la totalidad de los casos— injertos de piel para poder cerrar las heridas.

Además, las principales zonas afectadas fueron su rostro y sus brazos, por lo que permanecerá mucho más tiempo internado del que debería si hubiera sido el caso contrario.