El Mundo

Cascos azules dejan una legión de embarazadas y niños sin padres en Haití

La primera vez que Rosa Mina Joseph se encontró con Julio César Posse, él estaba descansando vestido de civil en la playa de su localidad natal en el sur de Haití, donde estaba destinado como miembro de la misión de paz de Naciones Unidas. En cuestión de semanas, recuerda, el marine uruguayo aparecía cada fin de semana en la casa de su familia, prometiéndole su amor.

 

Casi un año después, cuando terminó su rotación, Posse regresó a su país. En Haití dejó a Rosa, una joven de 17 años con el corazón roto y un bebé sin recursos para mantenerlo más allá de la ayuda de su modesta familia.

 

“Me prometió que se casaría conmigo y se haría cargo de mí'', dice una llorosa Joseph, quien ahora tiene 22 años, en una entrevista reciente en la casa de su madre en Port Salut, una localidad en el extremo suroeste de Haití.

 

 Según señala el diario Clarín, tras años de creciente frustración, ella y varias madres más de hijos de los conocidos como cascos azules dicen que presentarán demandas de mantenimiento contra los ausentes padres y Naciones Unidas.

 

 

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