Minutos antes de las 14 de ayer, varios llamados telefónicos alertaron a la Policía sobre una persona herida en un departamento de la calle Andrés Chazarreta casi Añoranzas del barrio Tradición. Los uniformados comprobaron que se trataba de Camila Beatriz Correa (28 años), quien se encontraba tirada cerca de la puerta de ingreso y sin vida, de acuerdo con examen de los paramédicos del Sease. La víctima presentaba un balazo en el pecho. En el lugar se hallaba su pareja, Matías Maximiliano Parodi (30), un cabo de Policía, quien presta servicios en Logística. El efectivo, quien lloraba desconsoladamente, habría manifestado que, en medio de una discusión, Correa —con quien vivía en el departamento que alquilaban— se apoderó de su pistola reglamentaria, calibre 9 milímetros y se disparó.

El mortal incidente generó la intervención de los fiscales Martín Silva (Unidad de Delitos Comunes) y Diego Cortez (Unidad de Violencia de Género e Intrafamiliar).

El Dr. Silva ordenó la aprehensión del policía Parodi, aunque aún no le imputaron ningún delito, mientras se profundizan las investigaciones. En este sentido, personal de la División Homicidios Capital está a cargo de las averiguaciones. 

Realizaron la prueba de rodizonato de sodio a la víctima y al uniformado

El cuerpo de la joven fue trasladado a la morgue judicial del hospital Independencia para que le realizaran la autopsia. Durante la pericia forense, también se le realizó la prueba de rodizonato de sodio en las manos que permitirá establecer, a través de la presencia de elementos metálicos, si accionó un arma de fuego. A esta técnica también fue sometido el cabo de Policía, antes de ser alojado en el Cuerpo Guardia de Infantería. Esta prueba podría arrojar un poco de luz al hecho. 

La Policía se entrevistó ayer con vecinos y familiares de Correa y Parodi, como parte de la investigación.