Fue un brote de locura. Un hombre se levantó el domingo por la mañana y tomó tres cuchillos de cocina. Su marido intentó calmarlo pero a cambio recibió una puñalada. El hecho se sangre ocurrió en Seattle, Estados Unidos.

Entonces llamó a la policía y denunció que había sido atacado por su pareja, que tras la agresión se fue de la casa. Les dijo que estaba recibiendo medicación psiquiátrica y que podía suicidarse.

Una patrulla arribó a la puerta del domicilio pocos minutos después. Al principio no vieron nada raro, pero luego apareció el agresor caminando hacia ellos, con los dos cuchillos que le quedaban en las manos.

Una policía le advirtió que dejara el arma, pero no hacía caso y seguía avanzando en la misma dirección. Sin dudarlo, la agente disparó varias veces. El hombre cayó inmediatamente, gravemente herido. Fue trasladado al Centro Médico Harborview, donde aún permanece, con pronóstico reservado.

La oficial fue temporalmente suspendida. Seguirá cobrando su salario mientras se analiza si sus actos estuvieron justificados.