Las maestras siempre están atentas a lo que le sucede a sus alumnos y saben cada vez que están sufriendo alguna complicación en sus hogares. Una de ellas, quien enseña en una escuela primaria de la ciudad de Quimilí, departamento Mariano Moreno, advirtió que uno de sus estudiantes, de ocho años, presentaba dolencias. De esta manera, la docente comprobó que tenía un corte en el cuero cabelludo de unos cinco centímetros. La educadora le preguntó qué le había sucedido, ocasión en la que el niño le respondió que su madre le había pegado con un balde porque se había caído en el barro y se había ensuciado.

La maestra recordó que en otra oportunidad, el alumno manifestó dolores en el pecho y otras partes del cuerpo durante las clases áulicas. Al consultarle qué le pasaba, dijo que su mamá lo había agredido con un palo porque se había retirado de la casa sin avisarle a dónde iba. En otra ocasión, reveló que su progenitora le había arrojado una bola de bochas.

La secuencia de situaciones dolorosas en el menor, generó que la maestra se trasladara hasta la Oficina de la Mujer y la Familia, donde realizó la denuncia penal para que se investigara el hecho. Las autoridades judiciales ordenaron que el niño sea examinado por el médico y se realice informe socio-ambiental.