Una familia se había comprado un auto nuevo, 0 km, hermoso, por donde se lo mire: el tapizado, el color… todo.
El padre amaba ese auto, su esfuerzo estaba ahí. Un día salieron a pasear él, su esposa y su pequeño hijo de tan sólo 3 años, pasaron por una gasolinera, bajó el matrimonio y el niño se quedó en el auto. El pequeño encontró un marcador y como es de suponer empezó a rayar todo el asiento. Él estaba feliz haciendo dibujitos en la tapicería del carro. Con gran entusiasmo y amor, ya que los niños hacen sus cosas en esta condición.
Al subirse los padres al carro y ver la atrocidad que había hecho su hijo, le empezaron a pegar en sus manitos hasta que se cansaron.
El papá le dijo: “Ya sabes que los marcadores son únicamente para dibujar en papeles que nosotros te prestemos, ¡a ver si aprendes la lección!”. Pegándole otra vez y sacando su furia, lo golpeaba con el llavero y las llaves del carro.
Al llegar a su casa vieron que el niño estaba en mal estado y decidieron llevarlo al hospital.
Después de varias horas, sale el médico y les dice, “las cosas se complicaron y tenemos que amputar las manos. Si no lo hacemos ahora corremos el riesgo de una gangrena en los brazos”.
No podían creer lo que estaban oyendo, no podían digerir lo que el médico les había anunciado.
Cuando el niño salió de cuidados intensivos los médicos dijeron a sus papás que ya podían entrar a verlo.
Entrando el padre a la habitación envuelto en lágrimas, el niño le dice: “¡Hola papi… ya aprendí la lección… No lo voy a volver a hacer más papi… Pero por favor devuélveme mis manitos!”.
El padre salió de aquella habitación y envuelto en un llanto inconsolable por lo que había hecho chocó su auto contra un árbol.
Moraleja: Muchas veces les damos más importancia a las cosas materiales que a nuestros seres queridos.
Pese a que los niños son difíciles de tratar, el gran problema es de nosotros los padres por nuestra gran torpeza e impaciencia.
Recuerda que alguna vez fuiste niño y que también hiciste travesuras. Muéstrales tu cariño, que se sientan importantes y recuerda que los niños sólo dan lo que reciben.
“Una casa está hecha de roca y madera, un hogar…de amor y entrega”.
A veces descuidamos la relación de familia por cosas materiales. No olvidemos que primero están las personas.
Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra. Génesis 12:3.
Se levanta aún de noche y da comida a su familia Y ración a sus hijos. Proverbios 31:5.
FUENTE: mentalidadcreativa.com