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"Pato" Luna, el eterno goleador del club Atlético Mitre

Fue uno de los grandes jugadores que dio nuestra provincia y era una pesadilla para los arqueros. Un delantero de jerarquía y aún en los tiempos que corren, se mantiene como el máximo artillero del clásico mayor de la provincia entre Mitre y Central Córdoba con 13 tantos. Surgió en el “aurinegro” y es ídolo de ese club, pero también dejó su sello en Sarmiento, Unión Santiago y Central Argentino. Se trata de José Osvaldo Luna, más conocido como “Pato”, quien también repasó su rica carrera de futbolista en un diálogo imperdible con Nuevo Diario.

 

 

Sueña con poder dirigir las formativas de la entidad de Roca y Tres de Febrero.

 

 

—¿Cómo fueron sus inicios y en qué año?

—Mis inicios en el fútbol fueron en las divisiones inferiores del club Atlético Mitre, bajo las órdenes de Ramón “Chocharo” Santillán, quien fue un gran captador de talentos de aquella época. En 1986, hice mi debut en primera de la mano de don Julio San Lorenzo. Mi retiro fue en 1997.

 

 

—¿Cuál fue el segundo club donde jugó después de Mitre?

—Estuve en varios clubes, entre ellos, en Sarmiento, Central Argentino y Unión Santiago. Fui como refuerzo para diferentes torneos. Entregué lo máximo en donde me tocó estar y eso me pone feliz.

 

 

—¿Qué es lo que más extraña de su etapa de futbolista?

—Se extrañan tantas cosas. Los compañeros, los amigos, el vestuario, las concentraciones, pero lo que más extraño son los domingos de fútbol que se vivían con una adrenalina intensa. Al club ya llegábamos sintiendo el fervor de la gente, que me demostraba su cariño, respeto y todo te obligada a retribuirle adentro de la cancha con buenos resultados. En lo personal, tenía la responsabilidad de marcar goles para no defraudar. En esta etapa de mi vida, disfruto de ver jugar a mi hijo José Osvaldo Luna Jr., también en Mitre.

 

 

—¿Sus mejores años como jugador los pasó en el “aurinegro”?

—Mis mejores años como jugador los viví en Mitre. Siempre lo digo y sostengo, que el “auri” fue mi segunda casa y fue el club que me abrió las puertas para transitar el hermoso camino del fútbol.

 

 

—¿Qué recuerda de sus pasos por los demás clubes donde jugó?

—El recuerdo que tengo de todos los clubes por donde pasé, es muy bueno. Me tocó formar parte de Unión Santiago, equipo con el cual llegamos a una final para ascender y perdimos con Gimnasia de Jujuy. En Sarmiento también hicimos una gran campaña, llegamos a otra final del Argentino B y terminamos perdiendo el ascenso ante Brown de Arrecifes, en 1996. Destaco que en mi paso por esas instituciones, conocí a grandes personas y dirigentes que con poco, engrandecieron a sus clubes.

—¿Un compañero?

—Tuve muchos y no podría nombrar solamente a uno. Jugué mucho tiempo y esto me permitió conocer a grandes compañeros y amigos.

 

—¿Su mejor gol?

 

—Por suerte me tocó marcar más de 200 goles en mi carrera. Pero si tengo que elegir uno, me quedo con el que le hice a Güemes, de media chilena.

 

 

—¿Quién fue el jugador que más lo impresionó?

—Jugué con muchos, pero fue inolvidable lo que hacía René Bravo. Era un jugador diferente, notable, extraordinario y único.

 

 

—Y para no perder la costumbre, sigue despuntando el vicio con los veteranos de Mitre y jugando al fútbol amateur...

—Sí, pudimos conformar un equipo senior de Mitre, con exjugadores y amigos, con quienes no solo compartimos el fútbol, si no también reuniones familiares que las disfrutamos a pleno.

 

 

—¿Fue entrenador de Primera alguna vez?

—Tuvimos un breve paso junto a Marcelo “Maqueco” Ledesma. Pero lo que siempre anhelé es poder trabajar en las formativas de Mitre y transmitir el ADN del verdadero jugador “aurinegro”. Ojalá algún día pueda cumplirlo.

 

 

—¿De dónde nació el apodo “Pato”?

—De mi padre Alberto Osvaldo Luna, a quien lo apodan “Pato”. De ahí me quedó el “Patito” y luego de más grande, “Pato”.

 

 

—¿Qué le genera ser el máximo goleador del superclásico santiagueño y en este caso marcando para el “auri”?

—Es gratificante tener ese título de máximo artillero de los clásicos. Sobre todo porque ya pasaron 23 años desde que me retiré y aún hoy, sigo siendo el máximo goleador.

 

 

—¿Cuando jugaba con Central se incentivaba más?

—Los clásicos siempre tenían un extra, un plus. Me motivaba y me incentivaba de una manera diferente. Más aún porque teníamos una gran hinchada que nos alentaba los noventa minutos y no podía fallarles.

 

 

—¿Cuántos campeonatos ganó con Mitre y cuál es el que más recuerda?

—Con Mitre gané una gran cantidad de campeonatos. El que más recuerdo es el título que le ganamos a Unión Santiago y logramos clasificar al viejo Torneo del Interior. En ese certamen de 1990, hicimos una gran campaña y llegamos a las semifinales para ascender al Nacional B. Perdimos contra All Boys, pero hemos llegado a una instancia con un equipo que lo integraban todos santiagueños y en su mayoría, gente del semillero del club.

 

 

—¿Quién fue su mejor entrenador?

—Tuve grandes entrenadores a lo largo de mi carrera y de todos aprendí mucho. Pero debo destacar al gran trabajo de Luis “Kuki” Barrientos y el PF Víctor Verón, para mí de lo mejor que me tocó.

 

 

—¿Qué opinión le merece todo lo que se está viviendo con la pandemia?

—Todo lo que se está viviendo en el mundo es muy duro. Creo que todo esto nos hizo valorar más nuestras cosas, sobre todo el valor de la vida y de nuestras familias. Hay que cuidarse mucho en estos tiempos.

 

 

—¿Qué recuerda de aquel Torneo del Interior del 90 donde quedaron muy cerca de ascender al Nacional B?

—Pese a no haber ascendido, tengo un recuerdo imborrable de aquel torneo y me llena de emoción. Sentíamos que no éramos solo gran un plantel, si no una gran familia cuyo objetivo era uno solo, el ascenso. Nunca estábamos solos, la hinchada nos hacía sentir de local en todos lados porque nos acompañaban siempre y nos seguían, no sé cómo pero estaban todos, grandes y chicos. Estuvimos cerca, pero hicimos una campaña importante, eliminando a grandes equipos, entre ellos a Gimnasia de Jujuy en calidad de visitante. En semifinales nos tocó All Boys y no pudimos avanzar. Por suerte, con el correr de los años, Mitre pudo saldar esa deuda y pudo ascender a la B Nacional.

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