Los sucesos violentos no conocen de fronteras y cada vez es más habitual ver cómo el espectáculo futbolístico queda manchado por el accionar de los inadaptados. En esta ocasión ocurrió en Inglaterra, en la previa del compromiso entre el West Ham y el Manchester United por la Jornada 35.

¿Qué sucedió? Las instalaciones del elenco local estaban desbordadas como consecuencia que se trataba del último partido del equipo en el estadio Boleyn Ground (desde el campeonato que viene se mudarán al Olímpico de Londres) y hubo una alta ingesta de alcohol que terminó con graves desmanes.

Las víctimas fueron los integrantes de la delegación de los Diablos Rojos, ya que sufrieron un feroz ataque al micro que los transportaba, el cual fue apedreado y terminó con los vidrios destrozados.