El Mundo

En Siria comen carne de perro , hojas de árboles y pasto para sobrevivir

Un niño come hojas de árboles
Crédito: Fotografía: elmundo.es

Carne de perro, hojas de morera o —a veces— el escaso arroz que se consigue a mercenarios de alimentos a $ 3.500 el kilo (€300) más que alimentos son formas de subsistencia en Madaya, la idílica ciudad conocida históricamente como la novia de Siria (por el manto blanco que la cubre en invierno) devenida en un infierno en el que en los últimos meses ya han muerto 62 personas de hambre.

 

Un reportaje elaborado por Lluís Miquel Hurtado para el diario español El Mundo relata la arista más cruda de una población que sufre las atocidades del presidente Bashar Asad, quien ha cercado a los 40 mil vecinos —entre ellos 850 bebés— bajo la consigna "O se arrodillan o mueren de inanición".

 

Están rodeados por el ejército, un cinturón de minas y las milicias civiles del Hezbollá. Huir es imposible. Lo intentó una embarazada junto con su hija adolescente. El estallido de una mina alertó a los francotiradores: La respuesta fue acribillarlas a balazos.

 

El artículo publicado por el diario El Mundo describe una realidad terrible: Mientras prohiben la ayuda humanitaria, los mercaderes de la guerra especulan con el precio de los alimentos y la gente se munere de hambe. "Las hojas de morera son un manjar, no tanto las de Olivo y comer cada tres o cinco días es un lujo", indicó Alí Ibrahim —líder opositor— al autor del artículo.

 

"Hay césped. Quedan algunos pimientos, que mezclamos con sal", son otras de las aternativas. Un auto abandonado luce un cartel que reza: "A la venta por 15 kilos de arroz o cinco litros de leche". Su dueño murió de hambre y ahora los vecinos intentan transformarlo en una herramienta de subsistencia.

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