El médico forense Osvaldo Raffo fue hallado muerto de un balazo en la bañera de su casa, en el partido bonaerense de San Martín, donde los investigadores hallaron dos cartas firmadas, entre las que se encontraba una nota dirigida al juez en la que decía que se suicidaba porque no aguantaba más los dolores que lo aquejaban por una enfermedad que atravesaba, informaron fuentes policiales.

Raffo (88) fue quien avaló el homicidio en la causa Nisman, exfiscal que investigó la causa AMIA. Además realizó las autopsias en los casos policiales más importantes como el caso de Nora Dalmasso y María Soledad Morales a principio de los noventa.