En la ciudad de Monte Quemado crece la indignación provocada por las decisiones administrativas del intendente Manuel Castillo que afectan a distintos sectores y que incluyen despidos masivos y algunos cambios que no tendrían que ver con a la eficiencia, sino con la política.

Entre las arbitrarias decisiones y cesantías que se reclaman se encuentran más de 40 despidos, 37 empleados más 4 maestras jardineras, además de que 9 empleados con antigüedad han sido descendidos en su escalafón. Castillo inauguró su mandato con mano de hierro y dejó a más de 40 familias en la calle y sin sustento diario en plena crisis económica nacional.

Por otra parte los hechos que afirman el reclamo destacan que la misma falta de criterio que se utiliza para despedir, es la utilizada para sumar funcionarios a desempeñar tareas en puestos importantes.

Lo primero es la familia

Los recientemente asumidos secretaria de Gobierno, Silvia Mariela Castillo y el secretario de Obras y Servicios Públicos, Eduardo Exequiel Castillo son hijos directos del intendente y quien a partir de ahora se desempeña en el Ministerio de Economía es Silvano Espíndola, quien es ni más ni menos que el yerno del jefe comunal, con el agravante de que no reúne las condiciones para el cargo, ya que no es contador, como corresponde a la función. Estos hechos son comprobables y han sido reclamados por los damnificados que piden justicia ante lo que consideran una injusticia sin precedentes y una total falta de criterio aplicada de forma arbitraria, generando a su vez la sospecha de un conflicto de intereses. Algo que se debe erradicar de la función pública y que no va en consonancia con lo ejemplificado por el Gobierno provincial. La pregunta que se hacen los damnificados es si se trató de una decisión administrativa o de una burda venganza política. ¿Por qué no hay lugar para nosotros y sí para su familia?, se cuestionaron.