Especiales

Retratos de una ancestral costumbre pascual en Colonia Dora

Al transitar una nueva pascua, resurge una costumbre arraigada desde épocas inmemoriales en los vecinos de esta parte de la provincia, que aún mantiene gran vigencia: la de “salir a pascuar”.

 

Esto consiste en “pedir la bendición”, primero a los padres, parientes y padrinos de bautismo, y luego recorrer las calles para pedir “la bendición” a comerciantes, quienes luego de pronunciar la frase “Dios me lo bendiga, hijo”, proceden a regalar golosinas a quienes solicitan la bendición.

 

Desde tempranas horas de la mañana es común ver a los más pequeños recorrer las calles de la ciudad con coloridas bolsas que fueron acumulando a su paso por los distintos barrios en los que fueron a “pedir las pascuas” o a “pascuar”, retornando a sus hogares recién cerca del mediodía, dándole un colorido especial a esta fecha de importancia para la liturgia cristiana, aunque en esta parte de la provincia se ha generalizado tanto esta experiencia en los más pequeños, que no reconoce fronteras religiosas, sino que es una práctica extendida a toda la comunidad.

 

La costumbre no reconoce tampoco estratos sociales, ya que es común ver a chicos pertenecientes a familias de distintas condiciones económicas hacer el mismo recorrido, desmitificando de esta manera que es ésta una costumbre arraigada en las clases menos pudientes —económicamente hablando—, por lo que constituye, sin lugar a dudas, un signo distintivo de esta porción de Santiago del Estero.

Estás navegando la versión AMP

Leé la nota completa en la web