El color beige es muy versátil. Se trata de un comodín que se adapta bien a todos los estilos decorativos y que aporta calidez, cercanía, suavidad… Junto al gris es clave a la hora de plantear la paleta de colores de un espacio. Si te gusta el estilo nórdico, clásico, romántico, industrial o rústico, aquí te damos varias ideas para que sepas cómo puedes ir trabajando con el color beige en la decoración de tu casa.

1. Estilo nórdico

Uno de los elementos protagonistas del estilo nórdico es la madera. En las composiciones de estilo escandinavo, suele ser aquí donde aparece el color beige. Además, se usa para pintar paredes, ya que da lugar a estancias acogedoras. En combinación con el gris y con elementos en tonos pastel da lugar a espacios con mucha personalidad.

2. Estilo clásico renovado

El color beige en los textiles de grandes dimensiones crea una base perfecta para cualquier estilo. Las alfombras con base en estos tonos aportan amplitud a las estancias. Además, los sofás beige son el elemento perfecto para cualquier salón, ya que además de aportar luminosidad y no recargar el ambiente permiten combinar cojines de cualquier tonalidad. Así, podemos cambiarlos fácilmente y tendremos una decoración totalmente diferente invirtiendo muy pocos recursos y esfuerzo.

El beige es un color sobrio, que mezclado con tonos dorados da forma a espacios muy elegantes.

Se usa mucho en interiores en los que se quiere mantener una atmósfera clásica pero con toques modernos. Combinando este color con muebles de líneas depuradas y algún toque más clásico, como las molduras o el dibujo de casetones en las paredes, se consigue un equilibro muy sofisticado para espacios representativos, como despachos, o también salones.

3. Estilo romántico

Los dormitorios son espacios para transmitir paz, calma y sensación de relax. Para conseguir, además, dar un toque romántico, una buena idea es combinar el beige –en sus tonos más claros– con el blanco y algún elemento de cristal. El color beige es un gran aliado para decorar habitaciones infantiles, ya que, combinado con cualquier tono pastel, transmite sensación de inocencia y dulzura.

Añade armarios en este tono con casetones y consigue ese aire romántico de casita de muñecas inglesa. En esta imagen, el beige aparece mezclado con un toque de rosa en textiles y complementos.

4. Estilo industrial

Como vemos en la fotografía, la mezcla de beige y blanco da lugar a interiores más sencillos; no simples. Ambos colores son el dúo perfecto para aportar sensación de paz y calma.

Una buena idea es combinar diferentes maderas. Además, no pasa nada si tienen diferentes vetas siempre que haya un punto común en el color. Lo vemos en esta imagen en muebles, carpinterías… y todos esos elementos en madera que trufan este delicado interior.

En este estilo suele darse la mezcla de las dos gamas de colores base, los grises y los beige. En los espacios industriales el gris suele aparecer en el hormigón del suelo, en las carpinterías mientras que el color beige, presente en paredes de ladrillo, vigas de madera, ayuda a contrarrestar las tonalidades frías.

Si nos fijamos en el contenido, jugar con el blanco, el gris y los tonos beige y rojizos permite crear espacios muy de tipo loft neoyorquino, como sacados de una antigua fábrica rehabilitada. Los suelos hidráulicos, tradicionalmente de barro, solían contar con estos colores.

5. Estilo rústico

En esta imagen vemos un estilo rústico más sobrio, con mucho carácter. Los muebles en madera siempre aportan un toque de calidez en cualquier espacio.

El cuero es otro de los materiales que se puede usar para jugar con estas tonalidades. Es un acierto en asientos porque aporta al ambiente fuerza y representatividad. Combinado con negro pone un punto muy masculino y muy potente visualmente.