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La Provincia Entrevista en exclusiva para Nuevo Diario desde Medio Oriente

“Si hay algo que hemos aprendido es que no debemos dejar ganar a los terroristas, ya no tenemos miedo”

Sergio Goldfeld, de raíces en Colonia Dora, habló y reflexionó sobre el conflicto en Israel, donde reside hace más de 43 años.

Sergio Goldfeld, un argentino hijo de santiagueños, se encuentra en el epicentro del conflicto más relevante a nivel mundial. Desde la localidad de Yavne, en Israel, dedica sus días a salvar vidas como paramédico en los hospitales del país de medio oriente. En una entrevista exclusiva con Nuevo Diario, compartió su experiencia personal en medio de la tensión constante que caracteriza la región.

Origenes

“Mi padre es oriundo de Colonia Dora, pero desde niño viví en diferentes partes de Argentina. Soy nacido en Tucumán y de joven me vine a Israel con mis padres. Luego regresamos a Buenos Aires, pero en 1981, decidí establecerme aquí solo y ya me quedé. Vivo cerca de Tel Aviv desde hace 43 años”, relató Goldfeld. Su llegada a Israel lo llevó a residir en un kibutz, una comunidad agrícola socialista donde la vida se desenvolvía sin la presencia del dinero, en un modelo de convivencia colectiva y trabajo compartido.

Conflicto

Sobre la reciente escalada de violencia, Goldfeld describió la impactante normalidad con la que la población israelí enfrenta los ataques. “Hace unas noches tuvimos un ataque proveniente de Irán, con misiles y aviones no tripulados. A la mañana siguiente, sin mentirles, me fui a trabajar como si nada. Pensaba que las autopistas estarían vacías, pero estaban repletas de personas, como si no hubiese pasado nada. Esa es la normalidad preestablecida que lamentablemente ya tenemos”, expresó.

Habitación de Pánico

Una de las medidas comunes en los hogares israelíes, especialmente en los más modernos, es la construcción de “habitaciones de pánico”. Goldfeld mostró la suya a Nuevo Diario mediante una videollamada. Se trata de un espacio con paredes de hormigón armado a prueba de misiles, donde ahora tiene su oficina y un dormitorio equipado con electrodomésticos y un purificador de aire. “Tengo aproximadamente un minuto desde que suena la alarma, que es un ruido impresionante, para refugiarme en esta habitación extremadamente segura y preparada para todo”, detalló.

Ataques a amigos

En cuanto a la situación política y social, Goldfeld lamentó el sufrimiento infligido por los ataques terroristas, especialmente hacia comunidades pacíficas como la del kibutz donde residía. “Lo que hacen los terroristas es una campaña genocida. Se pudo ver en el atentado del 7 de octubre. Cuando llegué aquí, fui al kibutz que fue atacado por los terroristas. Fueron saqueados, asesinados, violados, robados, personas que en su mayoría comparten la misma ideología política y todos son pacifistas. Son socialistas y hasta algunos comunistas, y ellos fueron los saqueados, ellos que creían en los palestinos”, lamentó.

“No nos ganarán”

A pesar de la adversidad, Goldfeld destaca la resiliencia del pueblo israelí. “La vida sigue. Hacemos nuestra vida como siempre. Si hay algo que hemos aprendido es que no debemos dejar ganar al enemigo. Empezar a restringirnos y tener miedo es darle fuerza al enemigo”, afirmó. Aunque reconoce su fuerte vínculo con Argentina, Goldfeld descarta la posibilidad de regresar. “El conflicto no tiene mucha salida. Hasta que no acepten al Estado judío, no habrá ningún arreglo. En Israel viví experiencias, tuve mis hijas, me uní al ejército como paramédico, me encantaría seguir pero ya me retiré hace 18 años. Ya no volveré porque ya no voy a ‘servir’ por mi edad”, explicó.

“Uno en Argentina se siente de ‘local’ y más códomo”

Sobre la mirada política tras la asunción de Javier Milei en Argentina, Goldfeld expresó un sentimiento de alivio. “Es un respiro para nosotros. Por primera vez nos sentimos respaldados. La comunidad argentina es importante aquí y necesitábamos algo así”, concluyó.

También el argentino comentó que hace poco tiempo tuvo la oportunidad de visitar la Antártida argentina y las Islas Malvinas. “En esos momentos, uno se siente más argentino que nunca, no solo por las islas, sino porque vas de visita y te sientes más cómodo que en cualquier otra parte del mundo”, comentó en intimidad.

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