En el programa de ayer de Actualidad Política, que se emite de lunes a viernes al mediodía por LV11, estuvo como invitado Pablo Lucatelli quien es miembro de la Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales.
Primeramente, al ser consultado sobre la idea de los niños y su relación con los cinco mundos, explicó: “Hace muchísimos años, mi madre que era socióloga, siempre me decía que el santiagueño se expresa a través de la música, de la letra, del silencio, del grito, de los niños. Cosas que me fueron impactando, hoy tengo dos hijos menores de edad. Y ella siempre decía que para educar, lo importante no era tanto el ejemplo, sino el lugar con la conducta. Entonces, el niño se despliega en distintos mundos: en su casa, en la escuela, en el club, en la sociedad en general y las leyes que rigen el futuro; luego los jueces representan el pasado y la familia es el presente”.
“Yo creo que los niños en el mundo de hoy, donde es una sociedad ´líquida´ es decir, donde la misma se está diluyendo, no es igual que nosotros. Los niños de hoy si no encuentran un desarrollo pleno en lo laboral, lo dejan directamente. Ellos mismos, a través de sus modos de ser, de relacionarse entre sí y con el mundo actual. Los niños en la actualidad nos muestran luego de la pandemia que el mundo donde hemos sido criados, ya no existe más”, subrayó.
En otro tramo de su reflexión, planteó que “los clubes hoy en día han dejado de ser guarderías, porque los padres hoy acompañan a los niños y jóvenes. Y los límites en la juventud son muy importantes, porque le permiten trabajar sobre el fracaso de imponer una decisión. Un niño que no está formado, hace a un mundo que lo está esperando, que es mezquino y que golpea duro. En todo el interior se practican deportes, porque la multiplicidad de elementos sirven muchísimo. Porque el niño no tiene descarga emotiva, de lo contrario no va a poder desarrollar ese oxígeno necesario para afrontar las dificultades”.
“La sociedad hoy, después de la pandemia, se ha dado cuenta que la solidaridad transgeneracional depende del árbol que cortamos. Creo que aquí no es un problema de cultura, sino de educación. Hoy tenemos que ver los adultos, los padres, de qué manera contribuimos y trabajamos en la construcción y disfrute en los niños. Por eso siempre hablo del niño y sus mundos, porque uno podrá olvidarse de cualquier cosa hoy, pero no de ese mate cocido calentito en invierno con su abuela, o ella preparando la mejor comida para pasar el mediodía, esos aromas esos sonidos de la infancia y otros grandes momentos”, subrayó.
En última instancia, añadió: “Dicen que las preguntas bien hechas tienen respuestas a medio contestar. Es importante poder conversar y repensar todos estos conceptos en estos días”.
